La primera etapa de la obra, permitirá dotar de agua potable a las comunidades ante posibles sequías.

Con una inversión de ₡8.000 millones provenientes de fondos propios del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y el aporte de cerca de ₡ 1.200 millones de la empresa Reserva Conchal S.A., fue posible la construcción del acueducto costero para el cantón de Santa Cruz.

A pesar de que el proyecto se estuvo trabajando por tiempo de 5 años, se logró inaugurar hasta que se oficializó el Decreto de Emergencia por la sequía en la zona.

Las obras permitirán recompensar el caudal perdido en los acuíferos de la costa por causa de la salinización, y a la vez habrá mayor seguridad del acceso de agua potable para las comunidades frente a los periodos de sequía.

A través de un aumento de caudal y una próxima ampliación del campo de pozos, el nuevo acueducto beneficiará a 50.000 personas de manera directa y 25.000 más de forma indirecta, por un lapso de 20 años.

La obra se desarrolló en la comunidad de La Lorena del cantón santacruceño, el cual fue donado por Reserva Conchal. Consiste en una donación de 3 terrenos y 4 pozos (60L/s), más la infraestructura y activos instalados como parte del equipamiento de los pozos.

Este donativo permitió durante el primer año dotar de agua a las comunidades aledañas utilizando camiones cisternas; mientras se licitaba la construcción del proyecto.

¿En qué consiste el proyecto?

El acueducto costero de Santa Cruz, aprovecha el acuífero Nimboyores a través de 38 Km de tubería y 4 tanques de almacenamiento; los cuales proveen una capacidad de almacenamiento total de 5800 m3, y los cuales se espera ampliar a 7.800 m3 en un futuro.

En esta primera fase, se aprovecharán 60 litros por segundo (l/s) de agua, mientras una segunda permitirá alcanzar los 172 l/s gracias a nuevos pozos. El proyecto se interconecta con los sistemas de acueductos comunales, de manera que estos continúan con la prestación del servicio.

Los acuíferos costeros de Huacas-Tamarindo y Potrero-Brasilito, así como el Nimboyores (continental), son monitoreados permanentemente por la Comisión Técnica Interinstitucional (CTI), compuesta por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara), la Dirección de Agua del Ministerio de Ambiente y Energía, y el AyA.