Toda clase de rótulos se colocan en cualquier lugar incluso tapando señales de tránsito
La zona de Playa Tamarindo, uno de los lugares turísticos más visitados de Guanacaste por las bellezas de sus paisajes y los atardeceres, sufre de una invasión de todo tipo de rótulos comerciales que se colocan casi en cualquier sitio sin que existan mayores regulaciones al respecto.
Este desorden publicitario ha llegado a tales proporciones que en muchos sectores las vallas anunciando toda la clase de servicios y venta de bienes raíces –entre otros- tapan la visibilidad de las señales de tránsito como los “altos” o los “cedas”, así como otras indicaciones relacionadas con los límites de velocidad.
La ubicación de estos anuncios pone en peligro las normas para la circulación vehicular y; además, alteran el entorno paisajístico del bosque tropical seco ocasionando una severa contaminación visual que se refiere al abuso de ciertos elementos no arquitectónicos que alteran la estética del entorno, la imagen del paisaje tanto rural como urbano y que generan, a menudo, una sobreestimulación óptica agresiva e invasiva.
Además, del centro de Tamarindo dos de los sitios más afectados -debido a la profileración de vallas, rótulos y mantas anunciando toda clase de eventos- son el cruce entre la comunidad de Villarreal y la vía que conduce al centro de esta comunidad hacia el centro de la localidad vía que tiene una extensión de unos 4 kilómetros.
El primer de esos puntos es la principal ruta de acceso principal a Tamarindo para quienes llegan desde Santa Cruz centro incluso de otros lugares como Huacas, Carrillo o Liberia. Ese sitio durante la temporada alta se caracteriza por un gran tránsito vehicular que necesita de una muy buena visibilidad para observar sin distracciones las señales de tránsito.
Un recorrido que se llevo a cabo entre el cruce de Villarreal y Tamarindo centro permitió contabilizar 137 rótulos muchos de ellos invadiendo el derecho de vía.
Gran desorden
De acuerdo con Jean Marc Lageyre, vecino de Tamarindo centro, es necesario “poner límites en esta materia para recuperar los espacios públicos y que se cumpla con lo que dispone la Ley General de Caminos Públicos”.
“Es increíble como en esta materia parece que nadie quiere poner orden y; por esa razón, cualquier empresa o persona se cree con el derecho a colocar vallas o rótulos donde mejor le parezca”, señaló Lageyre.
Según estable el reglamento de la citada Ley “el interesado en obtener un permiso de uso u ocupación temporal de un derecho de vía, conforme lo establece el artículo tres del presente reglamento, así como la instalación, sustitución, construcción, reconstrucción y exhibición de todo tipo de anuncios, rótulos, vallas, parabuses, en terrenos públicos o privados, o en los derechos de vía al cuidado del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, deberá solicitarlo ante Departamento de Inspección Vial y Demoliciones de la Dirección de Ingeniería de la División de Obras Públicas”.
Igualmente, el artículo seis de ese mismo reglamento indica que está terminantemente prohibido construir, edificar, vender, cultivar, o ejercer cualquier forma de ocupación, en los derechos de vía de los caminos públicos, así como ejercer todo tipo de posesión permanente o de simple tenencia de estos, salvo las excepciones prevista en este reglamento.
Esa normativa indica que está queda prohibida la colocación de anuncios o rótulos publicitarios, vallas, avisos y similares cuando no medie un evidente y manifiesto interés público.