Las emisiones totales – sin contar el impacto de la silvicultura y otros usos de la tierra (sector FOLU) – aumentaron un 77%; incluyendo silvicultura han disminuido 69%
La actividad humana en Costa Rica marca una tendencia creciente en la generación de los gases que provocan la crisis climática. Desde 1990 hasta 2017, las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) – sin contar el sector de silvicultura y otros usos de la tierra (FOLU por sus siglas en inglés) – aumentaron un 76,6%. Tras incluir este sector, las emisiones netas han disminuido 69,1% desde 1990.
Es una de las principales conclusiones del nuevo Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), recién desarrollado por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) perteneciente al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Está incluido en la Cuarta Comunicación Nacional que el país envió a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), como parte del cumplimiento de nuestras metas climáticas al actualizar información clave relacionada con mitigación y adaptación.
El Inventario estima las emisiones y absorciones de GEI en Costa Rica para el 2017; y también revisa y actualiza ediciones anteriores, recalculando las emisiones de 1990 a 2016. Así, por primera vez contamos con un INGEI con una línea temporal desde 1990 hasta el 2017. Allí es importante destacar la tendencia de aumento de las emisiones en 77% sin FOLU.
En 2017, el total de emisiones excluyendo FOLU fue de 14.477,6 Gg de dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Los bosques contribuyen a capturar CO2 de la atmósfera. El sector forestal capturó un 20,5% de las emisiones brutas del país. Así las emisiones netas fueron de 11.509,2 Gg de CO2 eq. De ese total, el sector transporte genera el 41,55% (ver ‘Gráfico 1’).
"No podemos pensar en un sector forestal que va a compensar por siempre. El bosque se va envejeciendo y va absorbiendo menos carbono. Si queremos bajar emisiones, tenemos que reducirlas en los sectores críticos. No podemos depender de absorciones para alcanzar las cero emisiones netas. Se tienen que disminuir las emisiones obligatoriamente”, dijo el director del IMN, Werner Stolz España.
La importancia de los bosques
En el 2017, el sector silvicultura y otros usos de la tierra absorbió de manera neta -2.968,35 Gg CO2 eq. Esto muestra el beneficio de las políticas forestales del país para proteger y regenerar bosques, como la Ley Forestal 7575 de 1997 y el Programa Pago por Servicios Ambientales (PSA). Es por esta captura que las emisiones netas han disminuido 69,1% desde 1990 (ver ‘Gráfico 2’).
En su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) 2020, Costa Rica se comprometió a reducir su máximo absoluto de emisiones netas al 2030 a 9.110 Gg de CO2 eq de todos los sectores.
“El Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero es un instrumento crucial, ya que nos ayuda a informar las políticas públicas con datos. La ciencia muestra la necesidad de reducir emisiones en el sector energía y, en particular, en el transporte. Costa Rica ya tiene un Plan Nacional de Descarbonización detallado, que plantea los pasos clave para transformar el sector energía y alcanzar las cero emisiones netas”, aseguró la directora de Cambio Climático, Patricia Campos Mesén.
“Es vital que el país continúe invirtiendo en actualizar los análisis y mediciones en torno al impacto del cambio climático. Es un compromiso con la transparencia ya establecido en el Acuerdo de París y nuestra NDC 2020. Además, nos muestra en qué sectores debemos urgentemente disminuir emisiones”, señaló el Representante Residente del PNUD, José Vicente Troya Rodríguez.
Energía y transporte los que más emiten
El Inventario clasifica las emisiones según 4 sectores definidos por el Grupo Intergubernamental de Experto en Cambio Climático (IPCC): energía; procesos industriales y uso de productos (IPPU, por sus siglas en inglés); agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra (AFOLU, por sus siglas en inglés); y residuos.
El sector energía genera la mayor cantidad de emisiones. Incluso, pasó de representar 35,3% en 1990 a un 55,3% en 2016. El sector agricultura pasó de representar 45,7% de las emisiones (excluyendo FOLU) en 1990 a 20,5% en 2016, debido a reducciones en el hato ganadero. En los sectores energía, residuos e IPPU las emisiones han ido creciendo; y solamente en el sector agricultura las emisiones se redujeron.
Sector |
Contribución 2017 |
Emisiones (Gg CO2 eq.) | Tendencia 1990-2017 |
Energía | 55,1% | 7.981,6 |
+176% |
IPPU | 9,6% | 1.394,71 |
+157% |
Agricultura | 20,5% | 2.962,8 |
-21% |
Residuos | 14,8% | 2.138,5 |
+110% |
Las emisiones totales del sector energía para 2017 fueron 7.981,6 Gg de CO2 eq., lo que corresponde a un aumento de 1,4 % respecto a 2016, y de 176,2% desde 1990. La mayoría proviene del sector transporte y son de dióxido de carbono (CO2).
El transporte inclina el aumento de las emisiones: representa un 75,4% del total del sector energía (ver ‘Gráfico 3’), y por ende significa el 41,55% todas las emisiones nacionales. Al mismo tiempo, desde 1990, el transporte es la categoría con mayor aumento en sus emisiones con 243%, seguida por las industrias de manufactura y construcción (ver ‘Gráficos 4 y 5’).
En el sector IPPU los principales aportes de emisiones son de la industria de los minerales. Le siguen la categoría de productos sustitutos de las sustancias que agotan la capa de ozono. Esta abarca hidrofluorocarbonos (HFCs) en refrigeración y aire acondicionado, aerosoles, y otros. En 2017, la refrigeración y el aire acondicionado emitieron 633,7 Gg de CO2 eq. Desde 1999, las emisiones en esta categoría se han multiplicado 28 veces.
En la agricultura, la mayor cantidad – 62,3% – proviene de la fermentación entérica, es decir del proceso de digestión de animales de ganado. En residuos, las emisiones por eliminación de desechos sólidos son las que contribuyen más, con 56,34%.