Cada 14 de febrero se celebra el Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, una fecha que se creó con el fin de prevenir esta enfermedad de forma temprana, y para que quienes la padecen se sometan a un tratamiento adecuado que les permita gozar de una buena calidad de vida.
Las cardiopatías congénitas son un padecimiento o trastorno, en el que el corazón sufre un desarrollo anormal. Esta condición ocurre generalmente antes del nacimiento y debido a ella muchos de los bebés afectados no logran sobrevivir.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en el mundo ésta malformación afecta a un estimado de 276.000 recién nacidos cada año.
Según datos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), se estima que un 1% de los niños que nacen en Costa Rica tienen esta patología cardiópata, lo que quiere decir que anualmente unos 700 niños son portadores de este problema y que de ellos el 60% es susceptible a ser intervenido quirúrgicamente.
¿Qué causa una cardiopatía congénita?
Aunque por lo general se desconoce la causa real de la aparición de las cardiopatías congénitas, existen factores que pueden ser determinantes para su desarrollo. Entre ellas están: algún tipo de infección contraída por la madre durante el proceso de parto, el padecimiento de diabetes, el contacto con drogas, alcohol o algún tipo de sustancia nociva durante la etapa del embarazo, factores hereditarios, enfermedades genéticas como síndrome de down, entre otras. Sin embargo, existen casos en que los padres de los niños con la patología son completamente sanos y no incurrieron a ninguna de las acciones de vulnerabilidad.
Estudios de la CCSS indican que entre las malformaciones cardiacas más frecuentes en Costa Rica son las comunicaciones interventriculares que corresponden a un orificio que comunica los dos ventrículos del corazón.
También son frecuentes las comunicaciones interauriculares, es decir, la comunicación entre las dos aurículas y otra malformación conocida como Tetralogía de Fallot que incluye varios defectos tales como: comunicación interventricular, estrechez de la arteria pulmonar, hipertrofia del ventrículo derecho y otro defecto que se le denomina acabalgamiento de la aorta y que consiste en que esta arteria no sale del ventrículo izquierdo, sino que lo hace por encima de la comunicación interventricular.
Al 2018, el Hospital Nacional de Niños (HNN) atendió alrededor de 11.000 por año, a pacientes con cuadros de cardiopatía. Este indicador es similar al que tienen centros de reconocida trayectoria en Estados Unidos.
En muchos de los casos se reconocen durante el embarazo y en otros de ellos, a pocos días del nacimiento del niño.