Unas 3 168 hectáreas de arroz han resultado afectadas por el impacto del prolongado verano, que afecta la zona de secano, cultivadora del grano, en la región Chorotega.
El último corte de Conarroz, elaborado por funcionarios de la Dirección de Investigación, al pasado viernes 31 de agosto, registra una pérdida de 1 101 hectáreas y 2 067 afectadas por ausencia de agua, en sembradíos del grano que ya presentan daños en el crecimiento de la planta.
Las zonas con mayor detrimento y sin posibilidades de recuperación son: Santa Cruz, con 445; Carrillo, con 396; y Nicoya con 82, principalmente. En tanto, tienen probabilidades de redimirse, Nandayure, con 803 hectáreas; Nicoya, con 777; Carrillo, con 225, y Santa Cruz, con 118, entre otros.
Datos de la Unidad de Inteligencia de Mercados de Conarroz, al 29 de agosto pasado, indican que el área de cosecha en primera siembra del periodo 2018- 2019, en condiciones de secano, en la región Chorotega, es de 3 787 hectáreas, para un 84% en daños a la fecha. Esta área podría incrementarse conforme avancen los registros de siembra.
Alberto Alfaro, presidente de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), insta al gobierno a abrir espacios para buscar soluciones, con la finalidad de socorrer a productores cuyas economías serán perjudicadas, por una baja en los rendimientos, por causa de esta situación climática.
Agregó que entre los afectados se encuentran pequeños productores, con sembradíos financiados por el Sistema de Banca de Desarrollo, y a quienes el Instituto Nacional de Seguros (INS), no quiere asegurarles tras inspeccionar los técnicos el cultivo de arroz, a inicios de agosto.
“Los productores cumplieron con todos los requisitos solicitados por el INS, especialmente, respetando las fechas de siembra recomendadas por esa institución. Sin embargo el INS, incumpliendo con la normativa existente y la práctica usual de aseguramiento de cultivos, ha venido atrasando la aceptación del riesgo”, explicó Alfaro.
Agregó que si el INS tenía dudas, respecto al aseguramiento del cultivo de arroz para la región Chorotega, debió comunicarlo en mayo o junio antes de que los productores iniciaran los trámites ante el Sistema de Banca de Desarrollo para financiar la siembra.
“Al acudir el INS a mecanismos como el retardar la aceptación de riesgo para no asegurar sus cultivos, ante una eventual disminución de las lluvias, la parte débil de todo este proceso se le está cargando al productor, que afrontará una pérdida económica”, concluyó el presidente de los arroceros.
Conarroz se reunirá el jueves próximo con el presidente ejecutivo del INS, Elián Villegas, para analizar dicha situación.
