El uso del alga marina Lithothamnium en la producción agrícola, ha llegado a Costa Rica de la mano de la empresa brasileña Oceana, que anunció esta semana que desde nuestro país iniciará sus operaciones en el mercadeo de nutrición vegetal y animal centroamericano.
Oceana, empresa brasileña, es una de las principales y más estructuradas compañías especialistas en la extracción y procesamiento sostenible de algas del género Lithothamnium en el mundo.
Sus productos se exportan a varios países de Europa, Estados Unidos y Asia y la compañía cuenta con el respaldo de un amplio trabajo de investigación en universidades de renombre en Brasil, y resultados comprobados en cultivos como soya, maíz y café entre otros, además de estudios científicos en toda Europa.
La empresa ha incursionado en el país de la mano de Oceana Minerals, brazo comercial de Oceana para mercados externos y llega a Costa Rica pues desde nuestro país, se iniciarán las operaciones en mercadeo de nutrición vegetal y animal centroamericano.
“Creemos que Costa Rica es un buen territorio para iniciar nuestras operaciones en la región, debido a su estabilidad y buena ubicación. Lo que venimos a ofrecer es una solución innovadora y de altísima calidad, para ayudar a la producción en los suelos locales y por ello estamos satisfechos con los resultados que han tenido nuestras pruebas en los invernaderos de la UCR y mostrando progresos en cultivos como piña y algunas hortalizas. Nuestro avance tecnológico busca promover la economía agrícola y darle un producto final de mejor calidad a los productores”, aseguró Rafael Yazbek, encargado de las operaciones regionales de la empresa en Centroamérica, México y Colombia.
Innovación agrícola. El producto con el que Oceana ha incursionado en Costa Rica es precisamente el Algen, un material con origen 100% biológico vegetal, cuya función principal es la de fertilizar los suelos y cultivos para potenciar el desarrollo agrícola.
La porción orgánica de Algen está compuesta de calcio y magnesio, además de más de 70 elementos equilibrados, entre ellos aminoácidos, polisacáridos y vitaminas, que proporcionan nutrientes y mejoran rápidamente las condiciones físicas y químicas del suelo, al incrementar su enraizamiento y su productividad. También se puede mezclar con otros fertilizantes granulados.
Los efectos del producto sobre el suelo nacional se han estudiado con profundidad en la Escuela de Agronomía de la Universidad de Costa Rica (UCR) y así lo aseguró el investigador, Eloy Molina, encargado del proyecto de investigación al respecto.
“Estamos frente a un biofertilizante orgánico que combina su efecto nutricional con otras sustancias orgánicas que estimulan el crecimiento vegetal pues, además, es una fuente única y exclusiva porque no hay ningún otro producto que se le parezca o sustituya, debido a su origen marino y a la porosidad de su pared celular tan particular”.