Una elevada dosis de espiritualidad, actividad física constante, pocos medicamentos, una dieta basada en leguminosas, aves y animales de corral y cuajada…son las principales razones que, de acuerdo con especialistas del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, explican la longevidad de 43 centenarios que residen en una de las cinco Zonas Azules del mundo y que se localiza en Costa Rica: la península de Nicoya.
Los hallazgos fueron revelados, por el equipo de geriatras que intervino en el estudio y que implicó una batería de cerca de 50 pruebas diferentes para conocer el perfil clínico, funcional, psíquico y social de estas personas que superaron los 100 años de edad.
De acuerdo con el Dr. Fernando Morales Martínez, director del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología, la investigación siguió todos los requerimientos bioéticos que exige la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud para la realización de investigaciones de esta envergadura y que implicó exámenes de laboratorio, electrocardiogramas, pruebas cognitivas, de la marcha y otros test, las que, en su conjunto, permitieron explicar el porqué de su longevidad.
El estudio se efectuó en la península de Nicoya por ser considerada una “Zona Azul” en el mundo, ya que posee un área específica de alta prevalencia de centenarios y que se caracteriza por un estilo de vida y un entorno determinado. En Costa Rica, en el momento de la investigación, la proporción de centenarios por habitante era de uno por cada 7 941 habitante y en la Península de Nicoyan (Nandayure, Carrillo, Hojancha, Santa Cruz y Nicoya) fue de un centenario por cada 4 257 habitantes.
Principales Hallazgos del Estudio
Se analizaron 43 centenarios, cuya edad media fue de 101 años, de los cuales 18 eran hombres y 25 eran mujeres, la mayoría vive en Santa Cruz, predomina la viudez en las mujeres, quienes tuvieron, un promedio, de más de seis hijos. La mayoría de los centenarios viven con sus familias, solo dos se hallaban en hogares para ancianos, lo opuesto a lo que se encuentra en otras zonas del mundo.
Según lo comentaron las doctoras Isabel Barrientos, Fariday Helo y Kattia Alfaro, uno de los aspectos que más les llamó la atención fue el grado de espiritualidad, optimismo, apoyo familiar y sentido de la vida de esta población centenaria.
En relación con los hábitos del sueño se concluyó que, en promedio, dormían ocho horas diarias y muy pocos tomaban algún tipo de medicamento para dormir: solo 7 de los 43 centenarios.
Su dieta era rica en alimentos tales como: frijoles, maíz, legumbres, animales de corral, productos lácteos (queso cuajada), frutas y verduras, muy baja en harinas y carbohidratos, es decir una dieta modesta, pero suficiente. No se encontró ninguna persona con un índice de masa corporal en rango de obesidad.
La Dra. María de los Ángeles Solís explicó que principal afectación fue la parte visual presencia de cataratas operadas, seguida de hipertensión arterial, un porcentaje muy bajo con respecto a lo reportado en población adulta mayor de: diabetes, cáncer, cardiopatía isquémica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Todas estaban con una pensión del Régimen No Contributivo de Pensiones (RNC) o de las que ofrece la CCSS en el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
El promedio de medicamentos por centenario fue de menos de uno por persona (0,9), muy bajo con respecto a lo reportado en adultos mayores a nivel literatura mundial.
El Dr. Fabián Madrigal destacó que de los 32 centenarios que se les aplicó la escala de depresión geriátrica, específicamente, en la pregunta que evalúa la satisfacción de su vida, 30 respondieron estar satisfechos y solamente un participante tenía un puntaje de diagnóstico de depresión, lo cual refleja un alto porcentaje de satisfacción de su estado de vida actual.
Con base en las pruebas realizadas, los hombres presentaban mejor funcionalidad que las mujeres.