Las distintas instituciones de Gobierno y de la Academia que participan en el seguimiento a la muerte de peces en el Golfo de Nicoya, han descartado riesgos para el consumo de productos que se extraigan de esa zona y autorizan la continuidad de la actividad pesquera en esa área.
Según los expertos, se trata de un incidente focalizado, espontáneo y tendiente a desaparecer. “En los recorridos realizados hoy por los diferentes representantes de las instituciones gubernamentales se evidenció que el 95% de los peces han sido arrastrados por las mareas, disminuyendo el mal olor percibido en la zona y la contaminación ambiental” indicó Bernardo Jaén, Director General de SENASA.
Las distintas instituciones darán seguimiento de manera coordinada a la situación presentada el pasado miércoles, en Abangaritos, Manzanillo, de Puntarenas, mediante la participación de expertos del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), INCOPESCA, el Servicio de Guardacostas, Ministerio de Salud y las Universidades Nacional y de Costa Rica.
Dentro de la vigilancia que se mantendrá, se continuarán las investigaciones para determinar las posibles causas del evento que, entre otras, podrían relacionarse con el florecimiento de algas, cambios bruscos de temperatura, la salinidad o la falta de oxígeno.
Se continuará, además, con la toma de muestras de agua y de otras especies marinas y se mantendrán el monitoreo de la zona y los sobrevuelos por parte del Servicio de Vigilancia Área.
Las muestras se están remitiendo al Laboratorio de Servicios Veterinarios LANASEVE y a los laboratorios de las universidades Nacional y de Costa Rica. También, se están realizando análisis para metales pesados, plaguicidas y biotoxinas.
Por su parte, SENASA realiza muestreos de pescado para consumo humano en centros de acopio de pescado de la zona para garantizar su buen estado.