La Corporación ganadera y el Ministerio de Agricultura y Ganadería, se mantienen alerta sobre la evolución de la producción de carne bovina durante este año, ante las perspectivas climáticas que pronostican especialistas en la materia. El primer trimestre 2023 presenta un decrecimiento en la producción en aproximadamente 2800 cabezas con respecto del mismo período del 2022.
Las predicciones climáticas han determinado con alta probabilidad el desarrollo del fenómeno de El Niño durante el segundo semestre del 2023, esto implica sequias o disminución de lluvias en zonas de alta producción, comentó Leonardo Murillo, jefe de Investigación y Divulgación de CORFOGA.
“Desde hace muchos años, el sector productivo ha enfrenado cambios bruscos en las condiciones climáticas y las personas productoras han desarrollado técnicas para adaptar sus sistemas productivos. En ganadería se ha realizado un trabajo especializado para que las y los ganaderos implementen prácticas de sostenibilidad y adaptación en sus fincas. Ante la eventual entrada del fenómeno de El Niño, hacemos un llamado para que redoblen los esfuerzos y la vigilancia y estén alertas a las comunicaciones emitidas por el Ministerio” manifestó por su parte Fernando Vargas Pérez, viceministro de Agricultura y Ganadería
“Desde la Corporación Ganadera vemos con preocupación el impacto que pueda tener el sector por la entrada del fenómeno El Niño particularmente en medio del invierno 2023, dado que son los meses donde se cuenta con mejor pastura y donde se obtienen mejores resultados en las ganancias de peso de los animales. Una situación de sequía o un incremento en lluvias puede degradar la calidad de la pastura comprometiendo la producción relativamente estable del primer trimestre, señaló Murillo.
La última ocasión en que se sufrió de un fenómeno El Niño de gran magnitud fue en el año 2015 y tuvo importantes implicaciones en la producción en zonas específicas del país. El trabajo de la política pública desde dicho año ha ido en la línea de mitigación y adaptación al cambio climático, pero existe una gran cantidad de fincas sujetas a vulnerabilidad y en proceso de transición hacia tecnologías más resilientes.
Los especialistas recomiendan seguir de cerca la evolución del fenómeno climático.
En el país existen 37 mil fincas con ganado y, en caso de confirmarse los pronósticos desde el sector se requiere un fuerte trabajo interinstitucional para el apoyo de las personas que dependen de la actividad.
Algunas recomendaciones para los productores ganaderos son:
Adicionalmente, para la Corporación Ganadera, es importante que los productores se asocien a la cámara de ganaderos de su localidad, ya que les permite tener información de primera mano y la organización asegura mayor éxito en la actividad.
Las principales provincias productoras de ganado en Costa Rica son Alajuela, particularmente en la zona norte, y Guanacaste. El país actualmente se abastece de carne y leche, por lo que muy importante atender preventivamente dicho fenómeno, con el fin de que no haya afectación en la disponibilidad de productos para el consumidor.
La Corporación ganadera y el Ministerio de Agricultura y Ganadería, se mantienen alerta sobre la evolución de la producción de carne bovina durante este año, ante las perspectivas climáticas que pronostican especialistas en la materia. El primer trimestre 2023 presenta un decrecimiento en la producción en aproximadamente 2800 cabezas con respecto del mismo período del 2022.
Las predicciones climáticas han determinado con alta probabilidad el desarrollo del fenómeno de El Niño durante el segundo semestre del 2023, esto implica sequias o disminución de lluvias en zonas de alta producción, comentó Leonardo Murillo, jefe de Investigación y Divulgación de CORFOGA.
“Desde hace muchos años, el sector productivo ha enfrenado cambios bruscos en las condiciones climáticas y las personas productoras han desarrollado técnicas para adaptar sus sistemas productivos. En ganadería se ha realizado un trabajo especializado para que las y los ganaderos implementen prácticas de sostenibilidad y adaptación en sus fincas. Ante la eventual entrada del fenómeno de El Niño, hacemos un llamado para que redoblen los esfuerzos y la vigilancia y estén alertas a las comunicaciones emitidas por el Ministerio” manifestó por su parte Fernando Vargas Pérez, viceministro de Agricultura y Ganadería
“Desde la Corporación Ganadera vemos con preocupación el impacto que pueda tener el sector por la entrada del fenómeno El Niño particularmente en medio del invierno 2023, dado que son los meses donde se cuenta con mejor pastura y donde se obtienen mejores resultados en las ganancias de peso de los animales. Una situación de sequía o un incremento en lluvias puede degradar la calidad de la pastura comprometiendo la producción relativamente estable del primer trimestre, señaló Murillo.
La última ocasión en que se sufrió de un fenómeno El Niño de gran magnitud fue en el año 2015 y tuvo importantes implicaciones en la producción en zonas específicas del país. El trabajo de la política pública desde dicho año ha ido en la línea de mitigación y adaptación al cambio climático, pero existe una gran cantidad de fincas sujetas a vulnerabilidad y en proceso de transición hacia tecnologías más resilientes.
Los especialistas recomiendan seguir de cerca la evolución del fenómeno climático.
En el país existen 37 mil fincas con ganado y, en caso de confirmarse los pronósticos desde el sector se requiere un fuerte trabajo interinstitucional para el apoyo de las personas que dependen de la actividad.
Algunas recomendaciones para los productores ganaderos son:
Adicionalmente, para la Corporación Ganadera, es importante que los productores se asocien a la cámara de ganaderos de su localidad, ya que les permite tener información de primera mano y la organización asegura mayor éxito en la actividad.
Las principales provincias productoras de ganado en Costa Rica son Alajuela, particularmente en la zona norte, y Guanacaste. El país actualmente se abastece de carne y leche, por lo que muy importante atender preventivamente dicho fenómeno, con el fin de que no haya afectación en la disponibilidad de productos para el consumidor.