- Según regiones, se destaca la creación de oportunidades para los grupos vulnerables, pero no con las mejores condiciones, en las regiones costeras del Pacífico Central y Chorotega.
Por: Silleny Sanabria Soto.
“La pandemia del Covid-19 tuvo fuertes repercusiones en el empleo y su recuperación no solo es lenta; sino también desigual, principalmente en algunos sectores que desde antes del año 2020 mostraban dificultades estructurales para crecer”, de esta manera se describe esta actividad económica en la investigación del Programa Estado de la Nación, a cargo de los investigadores: Karla Meneses Bucheli, Natalia Morales Aguilar y Rafael Segura Carmona; “Recuperación del empleo en Costa Rica”.
Según el estudio, la recuperación de la economía en términos agregados muestra que los niveles de producción se recuperaron a un ritmo mayor que los del empleo, situación que no sorprende dada la estructura productiva y demanda laboral que caracteriza al país. Sin embargo, está en la mesa de discusión la cada vez menor capacidad de generación de empleo de la economía, especialmente en escenarios de recuperación; puesto que varias actividades económicas lograron retomar los niveles de producción que tenían antes de la pandemia, pero con menor mano de obra. Es decir, la economía demostró que puede producir lo mismo con una menor generación de empleo.
“Los hallazgos principales, según el perfil de la población, muestran que la pandemia agravó las brechas de grupos estructuralmente vulnerables en su inserción laboral, como lo son las personas con menor calificación, jóvenes y mujeres.
La dinámica de la recuperación del empleo según territorios tiene varios contrastes. Antes de mostrar las tendencias según la ECE es importante señalar que algunos resultados territoriales hay que tomarlos con cautela, debido a la alta volatilidad entre trimestres y regiones para las que no se encuentran explicaciones en varios indicadores, como es el caso de la región Pacífico Central y Chorotega”, se indica en la investigación.
¿Cómo ha sido esta recuperación?
Según los investigadores, la recuperación del empleo entre zonas no muestra grandes diferencias, mientras que, según regiones, se destaca la creación de oportunidades para los grupos vulnerables, pero no con las mejores condiciones, en las regiones costeras del Pacífico Central y Chorotega.
Para el primer trimestre del año 2022, los índices de recuperación de empleo, tanto de la zona urbana como rural, se mantienen por debajo de los reportados previo a la pandemia, con una pequeña ventaja para la urbana (97,4) que en la rural (95). Si se analiza según regiones destaca la repuesta de recuperación rápida de la Pacífico Central (115,7) y desde el segundo semestre del año 2021 de la Chorotega (100,4).
Según el estudio, no quedan claras las razones que podrían explicar el comportamiento del empleo en estas regiones, pues la actividad económica del sector turismo aún se mantiene rezagada en su recuperación.
Para el resto de las regiones el empleo está todavía por debajo del alcanzado antes de la pandemia.
Las más rezagadas son la Huetar Norte y Brunca, que además muestran una desaceleración hacia finales del año 2021. Esta desaceleración en la recuperación del empleo también se registra en el resto, con excepción de la región Central, que, aunque no se recuperó de forma rápida, mantiene una sostenida tendencia creciente.
Por grupos vulnerables, el comportamiento del empleo tampoco es homogéneo. En las regiones costeras como la Pacífico Central y Chorotega, las personas jóvenes, las no calificadas y las mujeres se han recuperado más rápido, sin embargo, estos puestos no aseguran garantías laborales.
Cabe destacar, que el empleo independiente es el que muestra el mayor dinamismo, para el primer trimestre del año 2022 el índice de la Pacífico Central fue de 131,4 y el de la Chorotega de 102,2. Por zona, el dinamismo de recuperación para esos grupos vulnerables se desaceleró en la rural desde finales del año 2021, mientras en la urbana está cercana a retomar los niveles pre pandemia.
En la investigación se recalca, además, que la recuperación está siendo más rápida para los hombres, personas adultas y las calificadas en la zona urbana y en la región Central. Sin embargo, cabe destacar que, a nivel nacional, la reducción sostenida del desempleo respondía a un aumento de la población que está fuera de la fuerza de trabajo.
Este patrón se repite en todas las regiones, excepto en la Pacífico Central, pues la reducción del desempleo responde a un aumento del empleo; sin embargo, como se detalló, es empleo no calificado con ingresos menores a los que tenían previo a la pandemia.
Se debe repensar en acciones de política pública que disminuyan el desempleo
“Como se señaló a lo largo de la investigación, la economía logró retomar los niveles de producción prepandemia con una menor demanda de empleo. Si bien, producir más con menor mano de obra, se traduce en mejoras en la productividad y podrían hacer al país más competitivo, es importante repensar las políticas no solo de empleo; sino de bienestar social, para identificar estrategias que le permitan al país enfrentar un escenario en el que, para varios sectores, la intensidad del trabajo se redujo; por lo tanto, la posibilidad de generar fuentes de ingreso en los hogares a partir del empleo es menor.
No solo se produce más con menos gente, sino que la población que queda fuera del mercado de trabajo tiene un perfil que está muy alejado del que demanda las empresas, eso implica una acumulación, cada vez mayor, de población desempleada que sin cambios sustantivos en su perfil profesional no logrará obtener ingresos del mercado laboral para sus hogares.
Esta situación pone en la mesa de discusión de la política pública la viabilidad, sostenibilidad y pertinencia de ofrecer ayudas complementarias de ingreso, como lo fue el Bono Proteger o diseñar seguros de desempleo.
También se requiere la creación y fortalecimiento alternativas de formación para jóvenes y personas que no lograron, en su momento, obtener títulos y formación superior. El escenario negativo de la falta de oportunidades de empleo pone en la mesa de discusión elementos que desafían el diseño y nuevas propuestas de articulación entre las políticas de producción, empleo y educación.
En la actualidad este escenario es un tema de preocupación, no solo para el país sino para la región latinoamericana, y se han elaborado varios estudios que ofrecen alternativas para atender esta situación que sean valorados por cada país acorde a su realidad”, cita textual del estudio.