“Estar frente al marco defendiendo al país es mi mayor ilusión”, así comenzó a narrar su historia en el fútbol Dinnia Díaz, guardameta de la Selección Nacional, con tan sólo 26 años y vecina de Sámara de Nicoya.
Inició su andar con las famosas “mejengas” que hacían en la escuela “Torito de Sámara” durante los recreos y al final de las lecciones, pero el tiempo hizo que los guantes y el balón formaran no sólo parte de su diversión, sino también de sus sueños de vida.
Su pasión no es asunto de asombro, es hereditaria, su mamá lo practicó en su juventud con varios equipos del pueblo de Guanacaste. De igual forma, esta disciplina fue el quehacer de uno de sus tíos, quien tuvo que abandonarlo por problemas de salud, y a pesar de que no lo conoció, afirma que él es y seguirá siendo su inspiración para continuar en el fútbol.
Fue en cuarto grado de la escuela cuando Díaz jugó en sus primeros torneos escolares y campeonatos nacionales, además de la oportunidad de disputar en su primera final, logrando el triunfo.
Una vez terminada la primaria, continuó sus estudios en el Liceo de Nicoya, sin dejar de lado la cancha. En este periodo, representó al país en los juegos CODICADER.
En el 2002 formó parte del equipo cantonal de Nicoya, donde disputó en diferentes campeonatos de Guanacaste. Luego pasó a jugar en el Municipal Carrillo, donde fue campeona nacional en la máxima categoría, en el 2007.
Su ingreso a la Selección Nacional
“Cuando menos se espera las cosas llegan”, así le sucedió a la guardameta. Un día de tantos, el Municipal Carrillo se enfrentó con la primera división femenina del Saprissa, donde Díaz hizo un excelente trabajo y lo presenció Ricardo Rodríguez, entrenador de la Selección Nacional. Una vez finalizado el partido, Rodríguez la felicitó y se le acercó para consultarle si podía hacer la prueba para ingresar a la tricolor. “No tenía la noción de qué sucedía, a pesar de que siempre tenía el sueño de jugar en la selección”, dijo la portera.
Luego de este partido, le enviaron la convocatoria al Liceo de Nicoya y fue su abuelita quien la acompañó y le dio la suerte de ser elegida para la Selección Sub-20; pero un año después pasó a formar parte de la Selección Mayor.
“El fútbol es para disfrutarlo, no es para toda la vida, es de momentos no se sabe si uno va a volver a experimentar una oportunidad similar”, expresó la nicoyana.
Dinnia actualmente se desempeña como portera en el equipo de Moravia, en la primera división.
Han sido múltiples los retos que ha enfrentado en este camino, desde dejar a su familia para venirse a San José a entrenar, acomodarse con los tiempos por su trabajo, superar varias lesiones corporales, y vencer los nervios cada vez que ingresa a la cancha.
Uno de sus objetivos a futuro es analizar bien la posibilidad de formar parte de un equipo internacional, y formar su propia academia de fútbol. “Tengo que buscar la forma de devolverle al fútbol todos los logros que me ha dado”, afirmó Díaz.
Este deporte también ha sido un aliado en su profesión de educación física. Dinnia cursa las últimas materias para su licenciatura y trabaja para la Fedefutbol, siempre procurando complementar todo con su sueño: el fútbol.