¿Ha probado unas tortillas recién palmeadas, un atolito para la noche, el famoso pozole o un jugoso elote asado con mantequilla? Todos estos productos se preparan con maíz criollo. Este grano está en manos de pequeños productores nacionales quienes poseen sistemas de producción de subsistencia, producen con escasos insumos y en su mayoría superan los 50 años, pero han conservado y cultivado estas semillas por generaciones.
Por ello, el rescate y conservación de la biodiversidad de los maíces criollos costarricenses es de suma importancia social y estratégica para el uso de un recurso fitogenético valioso que representan la base y el punto de partida de cualquier programa de desarrollo y mejoramiento del cultivo de maíz.
El maíz criollo es parte del patrimonio intangible costarricense, pero se ve amenazado por factores como la sustitución de variedades tradicionales por mejoradas, el creciente impacto de las actividades humanas, los cambios en el uso del suelo y el cambio climático, de ahí la importancia de identificar, conservar y usar la diversidad de nuestro maíz.
El proyecto Estrategias integradas para el rescate y estudio del maíz criollo costarricense como alternativa para potenciar su conservación, uso y consumo, financiado por el FEES-CONARE potenció la investigación interinstitucional entre las escuelas de Ciencias Agrarias (ECA) y de Química (QU) de la Universidad Nacional (UNA), el Centro de Investigación en Biotecnología del Tecnológico de Costa Rica (TEC), el Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM) y la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), en pro del maíz criollo costarricense. Así, se identificaron y localizaron geográficamente los productores. Posteriormente se recolectaron y conservaron a corto y largo plazo, además se caracterizaron morfológicamente las mazorcas y semillas, la diversidad genética y el valor nutricional de todos los materiales de maíces criollos recolectados.
La identificación, estudio y recolecta de materiales criollos permitirá iniciar programas de reproducción de semillas e implementar con otras instituciones nacionales programas de mejoramiento genético participativo, donde se diferencien los maíces según sus usos y capacidad de adaptación.