Por. Thomas Rodríguez
Poeta ramonense por excelencia, su influencia se mantiene aún en este cantón alajuelense y gracias a su trascendencia en la lírica nacional a San Ramón de Alajuela se le denomina: “La tierra de los Poetas”.
Dada la pobreza material, no pudo cursar la enseñanza secundaria.
Aprovechó su facilidad para las artes plásticas en ganarse el sustento diario.
Se dedicó también a la relojería en Atenas y fue maestro en Santa Rita de Nicoya y en Tabarcia de Mora.
El poeta ramonense no solo se limitó a cantar lo más profundo del alma nacional y del ser costarricense, sino que tuvo la característica de expresarse y de reflejar los planos campesinos y los caminos de la nueva patria.
En 1909 obtuvo el primer lugar en el Concurso Flor Natural de los Juegos Florales, con su texto: “Poema del Agua”.
Este premio marca la consagración de Lisímaco como poeta de una época.
Los temas que abordó Lisímaco en su poesía fueron principalmente: el trabajo, la naturaleza y la muerte entre otros.
Falleció el 27 de Agosto de 1913, hace 107 años.
Fue declarado Benemérito de la Patria el 27 de Abril de 1994.