Su lema: “La medicina sin contenido moral no es medicina y la política sin contenido moral no es política”
Los historiadores lo consideran una eminencia en el área de la salud. En su consultorio desfilaban constantemente los guanacastecos que buscaban en él, una solución para sus problemas físicos, pero también emocionales.
El amor por su profesión, y el trato amable, hicieron del Dr. Vargas, uno de los especialistas más buscados del país, quien trabajó como médico del Hospital San Juan de Dios, durante muchos años.
Su lucha ejemplar se basó en la búsqueda de la honestidad cívica, la eficiencia administrativa y un gobierno disponible para el pueblo, levantando las voces de la gran minoría. Se considera a don Francisco como el precursor de la transformación política, económica, social y cultural del país.
El 23 de setiembre de 1906, al alcanzar el Bachillerato se mudó a Europa para graduarse como Médico y Cirujano. Tras su regreso, creyó fielmente en la libertad y en la dignidad del hombre, por lo que llamó a los guanacastecos a la unión, y fue escuchado por el pueblo por su honestidad.
¡Viva Vargas!, era el apoyo aclamado hacia este querido doctor, quien dejó su salud, sus bienes y fortuna para caminar por la Pampa en busca de una Costa Rica mejor.
En 1937, el Partido Confraternidad Guanacasteca, se inscribió como partido electoral para las elecciones nacionales y su primera convención se llevó a cabo en Llano Grande de San Miguel, en diciembre de ese mismo año. Acá, entre 2500 y 5000 personas asistieron a la reunión para elegir a los candidatos del partido, siendo el Dr. Vargas, el primer candidato al Congreso.
El Dr. Vargas inauguró su campaña en 1937, en un ambiente políticamente tenso, en el que las autoridades interrumpían o prohibían las reuniones en plazas políticas. De igual forma, el médico instó a los jornaleros, sabaneros, agricultores y ganaderos, a que lo acompañaran en la “hora del sacrificio”, ya que había llegado el momento de la redención, pues durante más de 115 años, la provincia estuvo abandonada por el Gobierno y era hora de detener el sufrimiento y explotación de los guanacastecos, mediante estrategias políticas modernas.
Con un apoyo popular, el Dr. Vargas llegó al curul de la Asamblea Legislativa y más tarde fungió como Diputado a la Asamblea Constituyente de 1949, desde donde expuso sus ideas de libertad y justicia social, plasmadas en la actual Constitución Política.
Tras su ardua labor, el 25 de julio de 1974, las municipalidades del Guanacaste, Upala, Los Chiles y el municipio de San José, junto con el Colegio de Médicos y Cirujanos y la Asociación Nacional de Educadores, lo declararon Hijo Ilustre de la provincia de Guanacaste.
Pero además, el 3 de enero de 1995, todas las municipalidades de la provincia y el Colegio de Médicos y Cirujanos lo declaran también Apóstol de la provincia de Guanacaste, en honor a su constante lucha en el campo civil, de la medicina y político.
El Dr. Vargas falleció en mayo de 1995, y dejó un extraordinario legado al pueblo por el que luchó.
Su reconocimiento llegó a la Asamblea Legislativa en el año 2002, en donde se le reconoció como Benemérito de la Patria, brindándole el honor máximo, que un pueblo confiere a sus hijos.
Colabora en la nota Erika Fernández, periodista de Periódico Mensaje