- Iniciativa permitirá la captura de carbono, estimular la recreación y el ecoturismo, propiciar la conectividad biológica y prevenir desastres naturales.
Por primera vez en casi 60 años de contar con áreas silvestres protegidas, Costa Rica dispone de una nueva categoría denominada Parques Naturales Urbanos (PANU), cuyo objetivo es conservar ecosistemas en la ciudad, bosques urbanos en riesgo y la salud física y mental de las personas.
El anuncio fue dado a conocer este miércoles en el Parque Ecológico La Colina de Curridabat, --uno de los ecosistemas a ser oficializados en esta categoría--, tras la firma del decreto ejecutivo N° 42742-MINAE suscrito por el presidente de la República, Carlos Alvarado y la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
La actividad, desarrollada en el marco del segundo aniversario del Plan Nacional de Descarbonización, contó con la presencia además del Representante Residente de PNUD en Costa Rica, José Vicente Troya, el alcalde de Curridabat, Jimmy Cruz, así como de ministros y diputados de la República.
Liderada por el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la iniciativa busca preservar hábitats remanentes, capturar carbono, estimular la recreación y ecoturismo; propiciar la conectividad biológica con la trama verde de la ciudad y sus ríos, y prevenir desastres naturales.
A partir de hoy el país mejora su sólido sistema de áreas protegidas, ahora con 10 categorías de manejo. Luego de crearse la primera Área Silvestre Protegida (ASP) en 1963, la conservación se concentró en la protección de las riquezas naturales en entornos rurales. Ninguna de las categorías existentes hasta ahora consideraba las necesidades de espacios naturales urbanos.
“Esta nueva categoría de manejo permitirá enfocar las estrategias de conservación en las necesidades específicas que tienen los espacios amenazados por el crecimiento urbano no planificado. Es parte de los esfuerzos por subsanar la deuda histórica que tiene el país con la protección medioambiental en las ciudades”, afirmó el presidente Carlos Alvarado.
El bosque húmedo premontano (BHP) – presente en los ecosistemas del Valle Central que calzan con las principales zonas urbanas del país – es el segundo tipo de bosque más alterado y reducido. Hoy se conserva tan solo el 1,75% (9 mil hectáreas) de su cobertura original. Dicho bosque desapareció porque su ubicación altitudinal y clima agradable genera condiciones idóneas para la agricultura y los asentamientos humanos.
Hoy se avanza en la urgencia de solventar esta deuda histórica, para cuidar los parches de BHP y otros ecosistemas valiosos que aún se mantienen en la Gran Área Metropolitana (GAM).
“Los ecosistemas urbanos son fundamentales para tener ciudades y personas sanas. Dentro del Plan Nacional de Descarbonización, Costa Rica se comprometió a tener 4.500 hectáreas de áreas verdes para el bienestar de la ciudadanía. Nuestro país necesita recordar que las áreas que ahora vemos urbanizadas y grises eran ecosistemas vivos hasta hace unas décadas. Con las medidas correctas, podemos rescatar a los sobrevivientes y regenerar muchas áreas, que traerán salud y beneficios económicos a la ciudadanía”, dijo la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
“Lo más apasionante de este proceso es atestiguar cómo Costa Rica lidera una nueva economía descarbonizada, un camino que el mundo debe seguir en este momento de la historia que nos tiene asediados, por un lado, con una crisis de salud global que está disparando la pobreza, el desempleo y la violencia contra mujeres y niñas; y por otro lado, con una emergencia climática acelerada que pone en riesgo la sobrevivencia de la humanidad. De ahí la urgencia de construir ciudades verdes y sanas que proporcionen seguridad y oportunidades de desarrollo socioeconómico”, aseguró José Vicente Troya Rodríguez, representante residente de PNUD en Costa Rica.
Salud humana e incentivos al sector privado. Muchas personas ya disfrutan de un paseo ocasional a este tipo de sitios –como el Parque Ecológico La Colina en Curridabat, uno de los ecosistemas que están en consideración para ser oficializados como Parque Natural Urbano. Sin embargo, esos pulmones están en riesgo, ante la constante presión de la expansión urbana.
La categoría de Parque Natural Urbano estimulará la promoción y estrategia de esa dinámica turística, generando empleos verdes asociados a estas actividades. Además, amplía los beneficios de los espacios verdes y sus servicios ecosistémicos, en la salud mental y física de la ciudadanía.
En Costa Rica el 60% de la población vive en la GAM, que constituye solo el 4% del territorio nacional. El país pasó muy rápidamente de un desarrollo rural a uno urbano y nuestro modelo de conservación debe adecuarse a esta realidad.
La creación de Áreas Silvestres Protegidas bajo la nueva categoría será liderada por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), donde se creará el Programa Nacional de Parques Naturales Urbano. Para ello, deberá contar con un estudio técnico y un proceso participativo con las comunidades, municipalidades y personas propietarias de tierras privadas. Estos nuevos Parques podrán ser en tierras públicas, privadas o mixtas.
Además, se buscará dinamizar la economía local con actividades productivas de bajo impacto. El decreto define que los gobiernos locales podrán dar incentivos para la adhesión voluntaria de propiedades privadas a la nueva categoría, y así promover la protección y uso sostenible de sitios naturales claves en sus cantones.
“La creación de una nueva categoría de manejo urbana, pensada para gestionar y proteger espacios naturales en las ciudades, permitirá ampliar el alcance de proyectos como el del Parque Ecológico La Colina, ya que podrán sumar propiedades de otras municipalidades como Desamparados y La Unión, así como terrenos privados que voluntariamente se sometan a este nuevo régimen de protección”, concluyó Jimmy Cruz, alcalde de Curridabat.