La iniciativa se denomina “Conocimiento para Control de Plaguicidas (KNOW PEC, por sus siglas en inglés)” y tiene como objetivo principal la creación de una red de investigación multidisciplinaria para conocer sobre la contaminación por plaguicidas y controlar sus impactos en los ecosistemas acuáticos.
El proyecto se inició en el 2015 y tiene una duración de cuatro años. Cuenta con un financiamiento de €500 millones de euros otorgados por el fondo Marie Slodowska-Curie Actions y participan cuatro instituciones académicas europeas y tres latinoamericanas.
En el caso de Costa Rica la contraparte nacional es el Centro de Investigación en Contaminación Ambiental de la Universidad de Costa Rica (CICA-UCR).
Visita de experta
Como parte de las movilidades definidas en el proyecto, la Dra. Carmen Sans Mazón, profesora e investigadora del Departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Química de la Universidad de Barcelona, España, y coordinadora internacional del proyecto, permaneció durante dos semanas la UCR.
Su experiencia e intereses de investigación se centran en el campo de la ingeniería ambiental, principalmente en el tratamiento de aguas domésticas e industriales por procesos de oxidación avanzada y su integración con sistemas biológicos.
Según explicó la experta, la iniciativa que lidera tiene un énfasis fundamental en la formación de investigadores (as), quienes dispondrán de siete meses de pasantías en las siete instituciones que participan en la iniciativa.
Esto permitirá la participación de al menos nueve investigadores (as) del CICA, según confirmó su director, el Dr. Carlos Rodríguez Rodríguez, quien además es representante del proyecto KNOW PEC en la UCR.
Cada una de esas instituciones tiene un área de especialización en la que destaca y la idea es que los investigadores (as) mejoren su formación en la parte analítica, análisis de riesgo, toxicidad y sistemas de tratamiento.
Precisamente el proyecto prioriza el estudio de los plaguicidas en el medio natural, principalmente en agua; busca recoger datos para identificar la cantidad de plaguicidas en cursos de agua, relacionar el uso de plaguicidas con toxicidades y los efectos que tienen, hacer estudios de riesgo que permitan definir prioridades y plantear estrategias de mitigación.
La Dra. Sans dijo que este proyecto es muy importante para los países participantes porque “Nos va a permitir mostrar la situación sobre contaminación con plaguicidas en los diferentes países, principalmente en Bolivia, Argentina y Costa Rica.
“La idea es utilizar la experiencia y conocimientos de los investigadores y ponerlos en común para contribuir elaborar un diagnóstico de la situación en nuestros países: niveles de plaguicidas en los cuerpos de agua, riesgos y posibles vías de tratamiento para minimizar el efecto”.
“El problema con los pesticidas es que se han utilizado, se siguen utilizando y se seguirán utilizando los pesticidas porque la agricultura aún depende mucho de estos productos.
“Por ello es importante ver las consecuencias de esto, que evaluemos los riesgos y desarrollemos alternativas para reducir su uso”, agregó la investigadora española.
Centro de referencia
En cuanto a la participación del CICA, la Dra. Sans dijo que la Unidad fue seleccionada para participar en el proyecto debido a que es un centro de referencia reconocido a nivel mundial por las investigaciones realizadas en el campo de la contaminación por plaguicidas en Costa Rica.
Precisamente el CICA tiene como misión “contribuir a mejorar la calidad del ambiente del país y de Latinoamérica a través de investigaciones, actividades de acción social, capacitación, docencia y prestación de servicios analíticos en calidad de aguas, calidad de aire y residuos de plaguicidas”, detalla su sitio en Internet.
Según manifestó el Dr. Rodríguez, la contaminación por plaguicidas es una de las líneas de investigación más antiguas del CICA. “Tenemos investigación en monitoreo ambiental, aguas superficiales y sedimentos.
“Tenemos otro componente muy importante que está relacionado con la degradación biológica de plaguicidas, esto es, buscar estrategias que permitan degradar los residuos de plaguicidas que se generan después de las prácticas de aplicación.
“En la parte social contamos con una unidad de investigación socio-ambiental que busca llevar este conocimiento generado a los actores principales, que en este caso son los productores. En tanto se les dé una formación y se les capacite en buenas prácticas agrícolas para reducir la aplicación de plaguicidas o de reducir el riesgo, más impacto se va a tener sobre la mejora del uso de estos agroquímicos”, manifestó el investigador.
“La formación de la red entre los países europeos y latinoamericanos nos permite establecer contactos de investigación para desarrollar proyectos futuros y buscar nuevos financiamientos.
“Y evidentemente la formación de investigadores aporta un beneficio para la Universidad porque por medio de estas pasantías se están complementando trabajos de tesis de grado y posgrado que se realizan en la UCR. Además este proyecto está generando publicaciones científicas”, concluyó el académico.