Melissa Solís Cordero / Periodista Periódico Mensaje
Costa Rica cuenta con 350 humedales, que cubren el 7% del territorio nacional y de estos el 30% están formalmente protegidos. Se les acredita importancia en el mantenimiento de diferentes ecosistemas y especies.
Del total, 12 poseen características de importancia mundial como Sitio RAMSAR, un tratado internacional enfocado en la conservación y uso racional de los humedales. Nuestro país forma parte de ella desde abril de 1991.
Cinco de ellos, cubren la provincia de Guanacaste. Siendo el primero Palo Verde su declaratoria data de 1991. El humedal consta de 24.519 hectáreas (ha) y se localiza en el Parque Nacional Palo Verde. Es reconocido como uno de los sitios más importantes del mundo por ser un área de anidación, refugio y alimentación de aves acuáticas residentes y migratorias.
Seguido está el Humedal Tamarindo, declarado en 1993, consta de 500 ha y se caracteriza por la belleza natural de sus playas y el estero Tamarindo donde hay presencia de diversidad de aves y cocodrilos. También está el Manglar de Potrero Grande, ubicado dentro del Parque Nacional Santa Rosa, declarado en 1999, este humedal mide 490 ha; tiene el manglar más desarrollado e intacto de la costa del Pacífico, el cual colinda con bosque seco en estado primario. El sitio se caracteriza por la presencia de suelos pertenecientes a los períodos Jurásico Medio y Cretáceo Superior (80 a 100 millones de años), siendo el más antiguo de todo el arco de América Central. Allí se localizan los viveros más ricos y variados de moluscos.
Otro que cubre Guanacaste es la Laguna Respingue, sitio Ramsar desde 1999 y consta de 64 ha. Con la presencia de plantas acuáticas propias de la zona, así como una variada fauna, este humedal es la única laguna costera de agua dulce en toda la costa del Pacífico del país.
Por su parte, Cuenca Embalse Arenal: cuenta con declaratoria desde el 2000. Sus 67.296 ha muestran una variada y abundante flora y fauna. Alberga 884 especies de plantas, aves, insectos, peces, mamíferos, reptiles y anfibios. El proyecto hidroeléctrico genera el 70% de la energía del país y sirve como fuente principal del distrito de riego Arenal Tempisque en Guanacaste.
Waldi Medina, Coordinador de humedales del Área de Conservación Guanacaste, manifestó que Manglar de Potrero Grande y Laguna Rsepingue ambos ubicados dentro del Parque Nacional Santa Rosa se les ha dado una buena protección. Únicamente tienen amenazas de cara a cambio climático, o bien, de pescadores ilegales. No hay denuncias respecto extracción de recursos a estos humedales.
Medina añadió que se está realizando el inventario nacional de humedales, se inició para el Área de Conservación Guanacaste en noviembre del 2016 y se han ido a mapear al campo en la mayoría de humedales que le conforman. Con esto se estima el estado de conservación de cada uno de ellos, qué tipo de humedal es y si se encuentra fuera o dentro del área protegida.
En las últimas décadas ha habido un crecimiento de humedales artificiales en el Área de Conservación Guanacaste, fuera de áreas protegidas y en fincas privadas, más que todo para alimentación del ganado. Según el inventario, han salido más de 100 humedales en esta zona, pero de gran aporte para la conservación de vida silvestre.
Alexander León, Director Área de Conservación Arenal-Tempisque afirmó que sus dos humedales de importancia mundial: Palo Verde y Cuenca Embalse Arenal, las únicas amenazas que continúan enfrentando son los incendios forestales en época de verano, sedimentación, contaminación y especies invasoras como la tifa.
“Tenemos un convenio con el INDER de colaborar con nosotros en la restauración de los humedales, igual que SENARA, abriendo con maquinaria los espejos de agua que estaban totalmente cerrados. Fomentamos mucho la investigación y monitoreo para verificar que nuestras acciones están teniendo beneficio”, aseguró León.
Maureen Ballestero Vargas, Economista agrícola y Especialista en gestión del recurso hídrico manifestó que los humedales son ecosistemas que como su palabra lo transfiere están bajo un sistema hídrico, y tienen una importancia por todos los servicios ecosistémicos que ellos brindan como: el control de inundaciones, la protección de las partes bajas al guardar la sedimentación en las zonas altas de las cuencas, permite la anidación y refugio de especies de aves, mamíferos y flora importante.
Por su parte, Olman Bonilla, Ex rector de la UNA y economista e investigador del Centro de Investigación Política y Económica para el Desarrollo Sostenible de la UNA, expuso que los servicios ecosistémicos que tienen estos humedales en estudios de última generación se han clasificado en tres grupos: servicios de regulación (regulan regímenes hidrológicos, control de contaminación, control de inundaciones, carga y recarga de acuíferos), los culturales (más de placer, de servicios espirituales y turísticos que ofrecen los humedales), y servicios de apoyo. Esto es importante a la hora de valorar un humedal. Antes se conocían como lagunas, barrial o charcos.
“Se desconocía la importancia ecológica y cultural. Hubo un proceso de secación de humedales, en los últimos 30 años, se han perdido cerca del 50% que pasaron a ser tierras de cultivo. Pueden ser recuperados, pero es un proceso muy difícil, la mayoría se les ha cerrado entrada y salida de agua con obras de infraestructura para desecarlos. Tomaría un proceso de largo plazo y es de alto costo. Sumado a que los terrenos han sido traspasados a propiedad privada, difícil que regrese a categoría de Sistema Protegido”, dijo Bonilla.
Datos de Ramsar indican que la extensión mundial de los humedales disminuyó entre 64 % y 71 % en el siglo XX.
Jacklyn Rivera, Coordinadora del Programa Humedales del Sistema Nacional de Áreas de Conservación SINAC, enfatizó que el gobierno costarricense ha firmado varios convenios que obligan al país a proteger y a utilizar los humedales de forma racional, responsable sobre todo para el beneficio de la población.
“Sin agua no hay humedales y sin humedales no hay agua. Debemos hacer uso racional de los humedales, utilizarlos de forma responsable, manteniendo las características ecológicas, la calidad de aguas, la fauna que la habita. Las malas prácticas de la humanidad por crecimiento demográfico, producción masiva, falta de planificación territorial, han influido en el deterioro de los mismos no sólo en Costa Rica, sino a nivel mundial”, indicó Rivera.
Otro de los factores que ha impactado de forma negativa los humedales de Guanacaste, resto del país y por ende, del mundo ha sido el desarrollo turístico costero (crecimiento construcción de hoteles y complejos turísticos). Además de la contaminación de aguas provenientes de la agricultura, la cacería y la extracción de madera como el cocobolo, que es vendida por kilo en Asia como si fuera el marfil.
Jorge Jiménez, Director de Marviva añadió que los humedales son una fuente importante de agua y carbono; sumado a que más de 400 especies de plantas viven en humedales.