Contraloría ambiental del MINAE ya recibió documento pidiendo acciones inmediatas
Playa Tamarindo, La Fundación The Clean Wave, junto con la Asociación SalveMonos, y la Asociación de Desarrollo Integral de Tamarindo, lanzaron un llamado de atención para detener la destrucción de árboles en una zona aledaña al estero de Playa Tamarindo, en Santa Cruz, Guanacaste, porque el daño ambiental afectó la flora y fauna en la Zona Marítimo Terrestre; además, de un proyecto de conectividad funcional en el hábitat del mongo congo o mono aullador.
Esas organizaciones detectaron hace pocos días que en el sitio adyacente al estero 12 árboles fueron sometidos a una técnica que se conoce como “anillado” que consiste en realizar un corte que abarca toda la circunferencia de la corteza para afectar el floema.
La función del floema consiste en permitir el traslado de nutrientes producidos en la copa del árbol para que lleguen a la raíz. Su trabajo principal consiste en transportar y repartir la savia para su gestión, absorción y almacenamiento. El floema, también llamado líber o tejido criboso, está formado por células vegetales sin núcleo capaces de formar paredes por donde conducir los nutrientes.
De acuerdo con Andrés Bermúdez, Presidente de The Clean Wave, el anillado se lleva a cabo con la intención de que los árboles se vayan secando poco a poco y mueran en corto tiempo”.
“Estos daños ambientales se hicieron de manera intencional, silenciosa y a escondidas para contaminar los árboles con químicos sumamente dañinos. Esto es lo que se detectó en una docena de árboles con el fin de aniquilar, destruir y matar un parche de bosque fundamental para la vida silvestre y que era la comida de muchos animales, además, de un área segura para muchos de ellos”, lamentó Bermúdez.
Daño grave
El estero de Playa Tamarindo abarca el manglar estuario más grande de Latinoamérica, que está protegido por la Convención sobre Humedales, conocida como la Convención de Ramsar, un tratado ambiental intergubernamental establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO, siglas en inglés).
La Directora de Campo de SalveMonos, MS.C Inés Azofeifa, en una nota oficial enviada al Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) el pasado 26 de octubre, solicitó acciones legales en contra de los responsables del anillado de los árboles “con penas adecuadas a la magnitud del daño” con base en los artículos 58 y 61 de la Ley Forestal”.
“Si la conducta de envenenar o anillar no provocó tal eliminación (del árbol), se aplicará el artículo 63.b LF, por considerarse que es un delito de peligro concreto, sin importar la cantidad de árboles envenenados o anillados, pues el tipo penal indica "uno o varios". Otras formas de eliminación, como el socavar las raíces, taladrar para eliminar la savia o envenenar el suelo en lugar del árbol, siempre que se produzca su muerte, serán perseguidas por los delitos de aprovechamiento forestal”, señala la denuncia de Azofeifa.
Por su parte, Martina Trimarchi, Fundadora de SalveMonos, comentó que la destrucción de los árboles “generará una mayor erosión porque el agua del mar y de un río que desemboca en el manglar jalarán todo el sedimento en la zona”.
“Estamos buscando apoyo para los esfuerzos que realiza la Asociación con el fin de mantener la conectividad de la fauna y que la Zona Marítimo Terrestre permanezca limpia y saludable”, comentó Trimarchi.
Además, del daño ambiental la destrucción de los árboles perjudica severamente un proyecto desarrollado por la Fundación y la Asociación para construir pasos de fauna en Playa Tamarindo, estructuras colgantes que sirven como medio de transporte para especies como el mono congo o mono aullador, primates que con frecuencia sufren electrocuciones cuando utilizan el cableado del tendido eléctrico para desplazarse