En la recolección de datos para monitorear la necesidad del recurso hídrico para la fauna silvestre participan estudian- tes de la Carrera de Ingeniería Hidrológica, interesados en realizar prácticas profesionales supervisa- das o trabajos finales de graduación.
El remanente de cuatro metros cúbicos (4 m3) de agua del proyecto cosecha y utilización de agua de lluvia para consumo humano Nimbu 1, también ha permitido diseñar un abrevadero de concreto con capacidad de hasta 100 litros, en el Sendero el Cornizuelo del Campus Nicoya de la UNA, Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA).
De esta iniciativa ha derivado, también, la necesidad de monitorear el recurso hídrico para la fauna silvestre y surgió a raíz de la solicitud de las Áreas Silvestres Protegidas de investigar el tema, dado que al haber escasez hídrica en la época seca, los animales se desplazan a la zona protectora Cerro la Cruz de Nicoya, donde está inmerso el sendero, según explicó Ronald Sánchez, investigador y académico de la UNA de la Sede Regional Chorotega.
“Muchos animales mueren por atropello o cacería, porque se acercan a la ciudad de Nicoya buscando el agua. Se colocaron dos cámaras trampa desde enero de 2022, donde tanto académicos como estudiantes participan en la recolección y sistematización de datos, como la riqueza de vertebrados, la abundancia de las especies muestreadas, los periodos de actividad, la relación con la temperatura y algunos patrones de comportamiento”, precisó Sánchez.
La investigación facilitará, además, la recolección de otros datos sobre las especies de fauna, como depredación, polinización, dispersión de semillas, entre otros, así como la salud del ecosistema del Bosque tropical Seco. Adicionalmente, agregó el investigador, los monitoreos de fauna servirán para salvaguardar el recurso hídrico y tomar decisiones de conservación en favor del ambiente, de las especies y de la salud del bosque.
Resultados
Durante el año de muestreo se registraron 15 especies de mamíferos, 16 de aves y dos de reptiles, dentro de los que se encuentran individuos del primer nivel de la cadena trófica: el caucel (Leopardus wiedii) o el yaguarundí (Puma yagouaroundi); asimismo, manadas de pizotes (Nasua narica) y aves como el bobo chizo (Piaya cayana).
La cámara trampa se coloca en un sitio estratégico a una altura de 50 cm del suelo, los datos se colectan una vez al mes y se disponen en una hoja Excel para determinar índices como abundancia relativa, diversidad y riqueza de especies vertebradas. “Desde el Cemede hemos visto que en la lucha contra el cambio climático hay escasez de información relacionada con el recurso hídrico y la vida silvestre. Nuestra propuesta de los abrevaderos, busca iniciar un proceso de investigación y extensión, para posteriormente compartirla con la sociedad costarricense y en especial con las áreas de conservación inmersas en el corredor seco de Costa Rica”, puntualizó Adolfo Salinas, académico de la Sede Regional Chorotega UNA e integrante del equipo investigador.
El proyecto Nimbu, del que se deriva esta investigación, consiste en la cosecha y potabilización de agua de lluvia para consumo humano. Existen tres módulos construidos por la Universidad Nacional: uno en el Campus Nicoya, otro en la Isla Caballo y el tercero en se reinstala en Playa Brasilito. Del remanente de agua del primero, que cuenta con una capacidad de almacenaje de hasta 15m3, es que se aprovecha el remanente de 4m3.