- Agricultores sufren por pocas herramientas para garantizar la seguridad alimentaria
- Altos costos están afectando la productividad y la empleabilidad en el sector agropecuario
- Alta inflación se mantendría en 2023
La agricultura en Costa Rica se encuentra en recesión, ya que, luego de la pandemia no logra recuperar sus niveles de actividad, por lo que el futuro del sector agropecuario es incierto.
Durante el webinar desarrollado por la Asociación de Formuladores y Comercializadores de Agro insumos de Costa Rica, el economista Gerardo Corrales, y el ingeniero agrónomo y presidente de ASOAGRO-CR, Freddy Solís, realizaron un análisis de la complicada situación que afronta y continuará enfrentando el sector productivo de no tomarse acciones de apoyo para mejorar el escenario del productor nacional.
“La agricultura está en recesión, especialmente la agricultura tanto la local, así como la de exportación. Las razones están en las condiciones climáticas inestables, el aumento de los precios de los insumos importados, y fertilizantes, de los combustibles, la crisis de los contenedores que aún no ha terminado. La mayoría de los sectores productivos recuperaron su nivel prepandemia, sin embargo, el sector agrícola, aún no recupera dicho nivel y lleva más de 6 meses con decrecimiento, hasta estar hoy – 3,7% interanual”, aseguró Corrales, quien suma, además, que el sector agrícola ha perdido el 12% de los empleos, provocando una dura situación para las zonas rurales y poniendo en peligro la seguridad social de las personas, sus familias y el país.
Por su parte, Solís argumentó que la seguridad alimentaria está en riesgo si se sigue desmantelando al sector.
“Se está golpeando al sector productivo nacional con aperturas de mercado apresuradas, en un entorno proteccionista de los grandes países productores, que dejarían tremendamente expuesto al agricultor y al mismo consumidor, que estaría a merced de los precios internacionales. Hemos tenido aumentos en precios de granos básicos, se va desmantelando al sector, se van vendiendo las vacas y los tractores y nos vamos alejando de la posibilidad de tener nuestros propios alimentos. Se necesita de leyes que fortalezcan al agricultor con educación, haciéndolo más eficiente y productivo y más moderno, porque el país ha demostrado tener el talento para desarrollar la agricultura y el sector pecuario con calidad y eficiencia”, aseguró Solís.
Corrales explicó que Costa Rica se va “en coyol quebrado, coyol comido” al no haber una planificación.
“La seguridad alimentaria debemos planificarla, porque al final tenemos un presupuesto gubernamental desbalanceado. Primero debemos poner la casa en orden en cuanto a reforma del Estado. ¿Cuál es el porcentaje de la cartera de crédito de los bancos del Estado que se dirige a la agricultura? Menos del 5% y cuando se hizo la ley en 1954, Ley del Sistema Bancario Nacional, decía 'le damos la garantía ilimitada de los depósitos al Estado para que beneficie al sector primario: el agrícola, y al sector secundario: el industrial', y ¿eso se está cumpliendo hoy? No. Tenemos que planificarlo y eso se hace más allá de solo pensar en mi periodo electoral de cuatro años”, dijo Corrales durante el webinar de ASOAGRO-CR.
Precios continuarán al alza. A pesar de que el sector agro genera más de 500 mil empleos directos e indirectos en el país, no existe acciones concretas que mejoren la situación del agricultor costarricense y a hoy se han perdido más de 28 mil empleos.
“El entorno económico actual, nos deja ver que los precios de granos y alimentos se mantienen altos, a pesar de que los precios de los insumos están más bajos que durante la pandemia, sin embargo, mucho más altos que antes del Covid-19. Consideramos a la agricultura clave para la estabilidad social y económica del país y particularmente de las zonas rurales, donde es uno de los mayores empleadores y particularmente de mano de obra no calificada”, aseguró Solís.
Corrales fue directo en que el índice de precios de los alimentos ha aumentado en un 45%, así como que la crisis está dividiendo el país y se necesitan acciones que redirijan nuevamente al sector productivo en 2023.
“El entorno es incierto, de poco crecimiento, más desempleo, cada vez las familias tendrán menos poder de compra. Hay que establecer un plan de acción como gremio para hacerle frente a la crisis, y la agenda de sesiones extraordinarias deberíamos verla llena de proyectos de reactivación económica y un proyecto negociado de nuevas moléculas de agroquímicos, que permita el registro de productos genéricos y beneficie directamente al productor. Lo anterior sin detrimento de la calidad, la salud o el ambiente”, dijo Corrales, quien mencionó que la inflación en Costa Rica continuará alta.
La agricultura local bajó a 6% y el sector agrícola no ha recuperado los niveles de actividad. En Costa Rica, el tiempo para el registro de agro insumos es de 13 años, mientras que en Panamá se hace en 6 meses y en la Unión Europea y USA, que son más estrictos, se demoran 4 años por lo que deja al país en una desventaja comercial altísima.
“Se requiere de una alianza público-privada para capacitar a nuestra gente para vivir en un mundo más avanzado. El registro de moléculas de nuestro país está obsoleto, hay que solicitarles a los diputados que se requieren leyes urgentes”, dijo Corrales.
“Se puede producir en armonía y con la industria, se debe usar la ciencia y la tecnología y no con posiciones ideológicas, se puede usar las Buenas prácticas agrícolas y podemos trabajar a través de mitigación y no de la prohibición como se ha dado en los últimos meses. Así tendremos un sector productivo más competitivo”, concluyó Solís.