Desde que tenía siete años, ya andaba con su chonete y machete arreando a los bueyes, jalando la caña de azúcar y moliendo en el trapiche. Son casi 80 años, de seguir el legado de su padre. Oliver Rodríguez, vecino de Tilarán cada día abre sus ojos con una ilusión, cumplir sus sueños con sabor a miel.
Sus cañales, de tres hectáreas y media, ubicados en un terreno de seis hectáreas, han sido el motor de su vida. Pero fue hasta hace unos 18 años, que se ha dedicado a plenitud a la miel como un negocio. Fue así como nació Dulce Tico.
“Ahí mi motivación de darle el mejor punto a la miel, 100% orgánica y natural, con sabor puro. Otros productores se basan en preservantes y cambia por completo”, dijo Rodríguez.
Antes también se dedicaba al cultivo del café, pero no le apasionó por ser más plagoso y tenía que dejarse llevar por lo que le dijeran los ingenieros, agrónomos y otros. Al campesino le gusta la independencia y en cambio la caña la ha sabido manejar mejor.
“Todavía me puedo poner a volar pala, pero prefiero que eso lo haga el peón y yo me encargo de otras cosas. Llevo el carro con la carreta al cañal para cargarla, luego la descargo en el trapiche, para el día siguiente moler”, indicó Rodríguez.
Agregó “En la paila, está entre cinco a seis horas cada tanda, debo de estar pendiente. Trabajo de acuerdo a los faltantes en los pedidos”, aseguró el guanacasteco.
Él era viudo, pero hace unos 20 años rehízo su vida con Mireya Carranza, siete años menor que él, y juntos han hecho de Dulce Tico, un ejemplo de emprendimiento en la zona.
“Mireya es la campeona del campo, se encarga de la limpieza del jugo, me ayuda a empacar y es la experta en las ventas y entregas”, afirmó Rodríguez.
Hacen entre 250 y 300 botellas por semana, en dos tandas, trabajan parejo de lunes a lunes. “Uno se va al campo y es mejor que andar en la calle”, manifestó con una gran sonrisa Rodríguez.
Actualmente, distribuyen sus productos a ocho empresas de la cabecera de Monteverde y a tres negocios de Tilarán.
En febrero anterior,su proyecto fue elegido entre más de 200 postulantes para llegar a la cadena de supermercados Auto Mercado. La pareja de adultos mayores fue galardonada con el primer lugar de la iniciativa público-privada “Potenciadora de Negocios Rurales Cemex” (PNR), lo que la hizo acreedora de $5.000 para invertir su PYME, Dulce Tico.
“Con este reconocimiento, vamos a mejorar el cañal y a ampliarlo. Todo para mejorar el negocio”, expuso Rodríguez.
Con una voz pausada y firme don Oliver despidió la entrevista con Periódico Mensaje afirmando que espera terminar los días que Dios le dé en su querido cañal.
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