Por Hernán Imhoff, Presidente Cámara de Comercio y Turismo de Tamarindo
La apreciación del colón frente al dólar ocurrida durante los últimos meses representa una de las mayores amenazas en décadas contra los sectores productivos que aportan miles de empleos como la actividad exportadora y el turismo, para citar algunos casos.
Una baja tan abrupta en el precio local de esa moneda externa redujo de manera significativa las utilidades de las empresas y de los trabajadores que perciben ingresos en la divisa de los Estados Unidos de Norteamérica pero; además, bajó las expectativas de los inversionistas nacionales que apuntan sus bienes y servicios hacia los mercados externos.
En el caso de la industria del turismo los cientos –tal vez miles- de negocios ligados a esta actividad reciben cada vez menos colones comprometiendo severamente la gestión financiera y la estabilidad de las compañías, mientras que el gobierno permanece cruzado de brazos sin una hoja de ruta clara en materia de política monetaria.
Incluso el impacto del desplome del colón nos pone en seria desventaja frente a destinos competidores como México, Colombia y República Dominicana donde los visitantes extranjeros obtienen mayor cantidad de moneda local al cambiar sus billetes verdes. Además, en esas tres naciones la estructura de costos es mucho más accesible al bolsillo de los visitantes nacionales y extranjeros que cada vez se quejan más por el alto valor de los precios de los bienes y servicios en Costa Rica.
Es necesario que el Banco Central tome medidas urgentes para detener la caída del dólar antes de que sea demasiado tarde y esa reducción se traduzca en despidos como medida para mantener a flote las compañías con ingresos mermados de manera veloz y prolongada en el tiempo.
Las últimas cifras del Instituto Costarricense de Turismo (2023) indican que en este sector habían –de manera directa e indirecta- 489 804 empleos todavía por debajo de los niveles existente en la era Pre-Pandemia (512 609), pero una disminución en el costo de la divisa estadounidense amenaza ese proceso de recuperación y; de paso, sin que la población en general haya visto mayores beneficios de esa reducción cambiaria.
Necesitamos acciones urgentes antes de que sea demasiado tarde porque de continuar esa tendencia se llevará a la ruina a patrimonios que han sido forjados durante muchas décadas a punta de esfuerzo y sacrificio