Por: Mireya Hernández Faerrón de Jaén
Con fervor cívico, por voto unánime de 44 diputados, en este pasado abril, el Congreso de la República nombró a la mujer puntarenense Hilda Chen Apuy Espinoza, “Benemérita de la Patria” y me llena de orgullo porque fui subalterna y una de sus fieles amigas.
Ese alto honor del gobierno lo acredita ella con su actitud personal y riquísima acción profesional realizada en beneficio de estudiantes e instituciones educativas costarricenses y extranjeras
(Norteamericanos, Europeos y Asiáticos) a lo largo de sus años de vida.
Era una mujer pequeña, delgada, sencilla y humilde, con sus ojos rasgados, de agradable figura, tuvo la dicha de contar con un padre chino de fuertes valores culturales, inteligente y trabajador, José Chen Apuy inmigrante que vino a Costa Rica a finales del S.XIX y se instaló en Puntarenas, donde se casó con la mestiza Rafaela Espinoza, quien de manera influyente defendió que sus hijos varones y mujeres tuvieran acceso a muy buena educación para lo cual se instalaron en San José.
Hilda cursó la educación primaria en la escuela Vitalia Madrigal y la secundaria en el Colegio Superior de Señoritas, lapso durante el cual aprendió ballet con la reconocida artista Margarita Esquivel, se integró en sus grupos y se presentó varias veces en el teatro Nacional.
También escribía artículos sobre temas que cultivó siempre: paz, justicia, libertad, democracia; se publicaban en Repertorio Americano con el estímulo de don Joaquín García Monge y los defendía participando activamente en campañas a su favor, como las que efectuó con la Licda. Angela Acuña de Chacón, conocida feminista, en defensa de la paz (como Gandhi) y contra juguetes bélicos para niños.
En 1941 recién establecida la Universidad de Costa, Hilda cursó educación en la escuela de Pedagogía y se graduó como maestra, pero no consiguió nombramiento para trabajar y decidió buscar beca para seguir estudiando.
En Estados Unidos, Universidad de Iowa, en 1946 obtuvo Maestría en Artes y posteriormente con UNESCO ganó beca por 5 años para realizar estudios sobre Historia y Arte de países asiáticos en instituciones especializadas. Fue a Holanda, Francia, Gran Bretaña e India donde también estudió sánscrito, antigua lengua literaria en que estaban escritos los libros sagrados de India; aprovechó visitar lugares monumentos y obras religiosas y de culto (Brahma y Buda) en Japón, China, Nepal, Sri Lanka, Camboya, Tailandia, Hong Kong, Taiwan e hizo amistad con intelectuales de esos países.
En 1965 en el Colegio de Méjico hizo su maestría en Historia y Arte Asiáticos, enseñó sánscrito también en la Universidad de Costa Rica y tradujo al español la primera gramática de sánscrito que se publicó en América Latina.
El quehacer primordial de Hilda en la Universidad fue la enseñanza e investigación en la Historia para la Cultura y Artes especialmente de Asia, pero también con éxito, fungió como coordinadora de equipos de profesoras (fui su subalterna) y era más maestra que administradora en la escuela de Estudios Generales (1971- 1976) , en la de Historia y Geografía (sección de Historia Universal 1979-1984) y por 4 años fue electa representante del área de Ciencias Sociales en el Consejo Universitario, máximo órgano legislativo de la Universidad de Costa Rica, su presidenta en 1975-1976.
Hasta los últimos años de su vida, luchó por sus principios y valores en campañas, por escrito y participación en conferencias, mesas redondas, congresos, asociaciones con rigor y lealtad; obtuvo notables galardones nacionales e internacionales de los cuales menciono el del gobierno Japonés en 1985 que le otorga la Tercera Orden del Templo Sangrado, como primera mujer que lo recibe en Latinoamérica, un premio constituido en la distinguida era Meiji por la calidad y relevancia del trabajo (consta de 8 órdenes).
En 1989 el gobierno de Taiwan la unge con la Medalla Nacional de
Cultura y en 2006 Estados Unidos le otorga Doctorado Honoris Causa del Mount Holyoke College por su desempeño en la Universidad de Iowa.
En nuestro país recibe el máximo premio de la Universidad de Costa
Rica, el Rodrigo Facio Brenes en 2008 y antes en 2003, el premio Nacional de Cultura Magón y ahora 2023 post morten es Benemérita de la Patria.
“Adquirí un compromiso de trabajar por el respeto a toda clase de personas y por la tolerancia a los diferentes valores culturales y credos religiosos, esto con el fin de contribuir a la paz en el mundo” Hilda Chen Apuy Espinoza .