Cada 15 de mayo, los costarricenses honramos el arduo trabajo de aquellos hombres y mujeres que trabajan diariamente la tierra para proveer de alimento a toda la población del país. El Día del Agricultor, permite recordar el importante papel que tiene la agricultura como sustento económico y social para el progreso nacional.
Este año es particular; el sector agroproductivo de Costa Rica enfrenta una afectación negativa y directa por causa del COVID-19. Según las primeras estimaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la afectación directa en la producción primaria supera los ₡14.300 millones, e impacta a unas 6.885 personas productoras y 266 empresas.
La mayor afectación en términos económicos se reporta en las exportaciones, sector que hasta el momento suma un impacto de ₡12.667 millones, en productos que no pudieron ser enviados a sus destinos fuera de nuestras fronteras; entre ellos flores y follajes, piña, raíces y tubérculos, culantro coyote, melón y sandía, banano y banano dátil.
En segundo lugar, el consumo local ha variado principalmente afectado por la disminución de la demanda relacionada con la actividad turística, en aproximadamente ₡1.322 millones, impactando la producción de carnes, frutas, leche, queso, hortalizas y pescado, entre otros.
A estos se suman unos ₡314 millones por una disminución en la comercialización de productos cárnicos y avícolas en el Programa de Abastecimiento Institucional (PAI), debido a la suspensión del curso lectivo. Las variaciones en la demanda, igualmente, ha presentado incrementos significativos en algunos productos como granos básicos y leche líquida.
“Estas cifras son preliminares. Desde las regiones seguiremos dando seguimiento cercano y permanente a los productores para apoyar la toma de decisiones de una manera oportuna, ya que estamos ante una situación que varía día a día”, explicó Nils Solórzano, Director Nacional de Extensión Agropecuaria del MAG.
Por su parte el Ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado Rivera, indicó que esta afectación se debe principalmente a variaciones en la demanda y a cambios en las cadenas de distribución debido a las medidas de restricción que impone la pandemia. “La producción agropecuaria y pesquera del país se dirige a tres mercados: la exportación, el mercado local y el mercado institucional que es atendido por el Consejo Nacional de Producción, por medio del PAI”, agregó Alvarado.
Medidas de apoyo se centran en asesorías, ventas puerta a puerta y adecuaciones por deudas
Para este sector se han implementado procesos de identificación de nuevas opciones de canales de distribución y mercados, como ventas puerta a puerta, o a domicilio, con apoyo de nuevas tecnologías de información y comunicación.
También se mantienen los servicios de asesoría técnica para el manejo agronómico de los cultivos y de la producción. Algunas recomendaciones se han orientado hacia la reprogramación de cosechas, podas de plantas y eliminación de floración, entre otras prácticas que permiten retardar producción o disminuirla, hasta que los mercados se recuperen.
Además, se brinda seguimiento y coordinación con las fuentes financieras en las distintas acciones aprobadas para atender la situación de deudas de las familias productoras; moratoria, adecuaciones, refinanciamiento, entre otros, y apoyo en la aplicación de los lineamientos generales para regular los espacios de comercialización en todas las instalaciones públicas y privadas que se utilicen para la venta de productos, agrícolas, pecuarios, acuícolas y pesqueros, como Ferias del Agricultor.