Fernando Rojas Araya | Director Mercadeo y Comunicación Banco Popular
La defensa de la honra o la presunción de inocencia de cualquier ciudadano, la suya o la mía, deberían ser pilares básicos de un Estado de Derecho como el costarricense.
Digo “deberían” en condicional porque, lamentablemente, en nuestro país la tendencia pareciera ser cada vez mayor hacia la presunción de culpabilidad. Lo grave es que esto ocurre desde canales llamados a la responsabilidad y objetividad como es la prensa, y también a través de otros que están revolucionando el Mundo como las redes sociales, donde muchas veces el anonimato permite la difusión de cualquier tipo de improperios y falacias.
Este no es un tema menor, porque cuando la opinión pública ha decidido que esa persona – un niño, un joven o un adulto – mencionado en un artículo erróneo de prensa, un Twitter o Facebook es culpable, poco puede hacer por cambiar esa visión. La defensa de la honra lanzada al precipicio y las repercusiones difíciles y dolorosas para familias completas.
Por eso, resulta difícil de comprender que un medio de comunicación de circulación nacional (La Nación), en su edición impresa del pasado 2 de noviembre, haya titulado que un “Subgerente cuestionado del Popular deja cargo”, en alusión a don Maurilio Aguilar quien horas antes había presentado su renuncia al puesto de subgerente General Corporativo del Banco.
Lamentable, porque un titular como ese – absolutamente erróneo, sino malintencionado -- pudo afectar ante los lectores a un ciudadano intachable que me honro en conocer hace años; a un hombre de familia y valores, a un profesional con más de 30 años de carrera en el sector financiero, a un académico que tiene el aprecio y respeto de generaciones de estudiantes universitarios.
El periódico sabe muy bien que las eventuales dudas que la SUGEF habría planteado en un informe confidencial, al cual el medio tuvo acceso, apuntan al proceso efectuado por la anterior Junta Directiva para la designación de la nueva plana gerencial del Banco Popular y no a los profesionales elegidos. No hay cuestionamiento alguno sobre don Maurilio y su integridad. Prueba de lo anterior es que la nueva Junta Directiva del Banco le solicitó retomar sus funciones como Director de Riesgo Corporativo, aprovechando su vasta trayectoria.
En un Mundo sin fronteras y de avalancha noticiosa permanente, resulta importante recordar que los derechos y garantías fundamentales rigen para todos por igual, pero, sobre todo, que cuando aceptamos que a otras personas les limiten o violenten sus derechos, su honra, entonces aceptamos que ello nos ocurra a todos, bajo cualquier excusa. Eso nos debe llevar como sociedad a preguntarnos si estamos dispuestos o no a aceptarlo. Yo, al menos, no estoy dispuesto.