Además, especialistas destacaron buena dotación de material.
Luis Castrillo Marín Periódico Mensaje
Un estudio publicado en la Revista Geológica de América Central comprobó la calidad de los suelos arcillosos de pueblos en los cantones de Nicoya y Santa Cruz donde ese material se utiliza para elaborar réplicas de artesanías de la cultura chorotega, así como utensilios para cocción de alimentos, entre otros productos.
La investigación científica “Calidad cerámica de los suelos en la zona Chorotega, Santa Cruz y Nicoya, Guanacaste, Costa Rica”, fue desarrollado por los especialistas en Geología: Diego Guadamuz, Luis Obando, Stephanie Murillo-Maikut y Pilar Madrigal.
Según el resumen técnico del trabajo, la zona de estudio se ubicó entre los cantones de Santa Cruz y Nicoya en un área geográfica de 164 kilómetros cuadrados y un tipo de clima que varía entre tropical seco y húmedo, donde afloran rocas ígneas y sedimentarias en su superficie.
“La prospección geológica evaluó y analizó arcillas desde un punto de vista mecánico, edafológico y cerámico para determinar la calidad del producto que se genera a partir de los suelos finos que se encuentran en el área. Se recolectaron 44 muestras de suelos y 30 muestras de rocas en puntos cercanos a la llanura aluvial”, precisan los autores.
Además, las muestras de rocas y suelos se tomaron en las cercanías de las comunidades de Arado, Guaitil, San Vicente, Talolinga, Piedras Blancas, Santa Cruz, Nambí, Moracia, Diría y San Antonio.
Para determinar las propiedades cerámicas de los suelos se llevó un kilo de cada muestra tomada a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica. Ese análisis determinó las propiedades de encogimiento y de vitrificación de los suelos luego de ser cocinados a 900 grados centígrados en hornos eléctricos.
Buenas condiciones
Diego Guadamuz, consultor independiente y Fiscal del Colegio de Geólogos de Costa Rica (CGCR), indicó que de acuerdo con la prospección de las arcillas Chorotegas “a partir de la metodología descrita en el trabajo de investigación, se demostró que en las cercanías de Talolinga, San Vicente, La Florida y El Silencio hay arcillas con las propiedades adecuadas para generar piezas de buena calidad”.
“Los resultados demostraron que las piezas obtenidas con esas arcillas tenían pocos defectos cerámicos, no pandean, no desquebrajan, son resistentes y no presentaban problemas durante el proceso de engobe (arcilla coloreada con óxidos o pigmentos), ni para el acabado final”, indicó Guadamuz.
El investigador afirmó que con base en la información obtenida de las rocas y de los suelos de Nicoya y Santa Cruz, se desarrolló un mapa de ubicación de los sitios que poseen las mejores características para la elaboración de cerámicas.
“Las zonas de este tipo se encuentran al este de Talolinga, Pozas, San Vicente, sureste de La Florida y El Silencio, comunidades que están sobre abanicos aluviales y cuyos terrenos se componen de horizontes de suelos de colores negros, rojizos y amarillo blanquecinos, los cuales, mediante estudios de mayor detalle de localización y cálculos de reservas, demostrarían ser rentables y aprovechables en proyectos mineros de pequeña escala o de tipo artesanal, por las comunidades descendientes de la cultura Chorotega. Aparte de fortalecer la tradición eso daría un valor agregado a los suelos del sitio al convertirlos en productos con valor comercial”, destacó el Fiscal del CGCR.
Además, el trabajo de campo permitió contrarrestar la falsa creencia de la escasez de arcilla al demostrar que todavía existe recurso de ese tipo sin explotar para usarlo como materia prima en la elaboración de materias primas