Reto busca soluciones innovadoras para comunidades hortícolas y de las islas del Golfo de Nicoya
CRUSA financiará iniciativas hasta por $140 mil
Periódico Mensaje
Según datos del INEC, el 10% de la población rural en Costa Rica tiene dificultades para acceder a agua segura.
En las comunidades insulares de Nicoya, el 80% de las familias reporta escasez del preciado líquido en época seca, lo que afecta la pesca y el turismo local.
La presencia de residuos de agroquímicos en fuentes de agua en las principales zonas hortícolas del Gran Área Metropolitana, así como las dificultades de acceso al agua potable que enfrentan las familias en las islas del Golfo de Nicoya, son dos problemas urgentes que afectan a miles de personas en Costa Rica.
Con el objetivo de impulsar soluciones innovadoras y sostenibles, la Fundación CRUSA ha lanzado una nueva iniciativa orientada a mejorar la calidad y la disponibilidad del agua en estos territorios.
Tocua: Innovación para la Gestión Sostenible del Agua está dirigido a universidades, organizaciones no gubernamentales (ONGs) y startups con experiencia en sostenibilidad ambiental y manejo de recursos hídricos, y con un enfoque innovador.
La convocatoria invita a proponer de ideas que aborden dos problemáticas clave:
La contaminación por agroquímicos en las regiones hortícolas del Valle Central.
El acceso limitado al agua potable en las comunidades insulares del Golfo de Nicoya.
“Miles de personas en Costa Rica aún enfrentan el día a día sin acceso a agua potable para cubrir sus necesidades más básicas. Esta es una realidad que no podemos normalizar. Con este reto, buscamos identificar soluciones innovadoras que mejoren la infraestructura hídrica de comunidades insulares como Isla Chira e Isla Venado, en la península de Nicoya, donde el agua es un recurso escaso y esencial. Asimismo, nos proponemos impulsar proyectos que enfrenten un problema silencioso pero urgente: la contaminación de fuentes de agua por agroquímicos en las zonas hortícolas del Gran Área Metropolitana, que compromete la salud humana y ambiental, señaló Byron Salas, director ejecutivo de la Fundación CRUSA.
Las propuestas seleccionadas recibirán financiamiento de hasta $140,000 por proyecto, con el requisito de una contrapartida mínima del 25%. Además, se valorará positivamente la participación comunitaria y la escalabilidad de las soluciones planteadas.
“A través de esta convocatoria, la Fundación CRUSA reafirma su compromiso con una gestión sostenible del agua y con un desarrollo verdaderamente inclusivo para el país. Apostamos por alianzas estratégicas que generen impacto real, transformen comunidades y aceleren el progreso social y ambiental de Costa Rica”, agregó Salas.
Una solución necesaria
En las regiones hortícolas del Valle Central, el uso intensivo de agroquímicos ha generado contaminación significativa en fuentes hídricas, tanto superficiales como subterráneas. Esto incluye la presencia de pesticidas como bromacil y diurón, que impactan la biodiversidad acuática y la salud humana, provocando enfermedades como insuficiencia renal y cáncer.
Asimismo, el acceso a agua potable de calidad sigue siendo un desafío para muchas comunidades rurales en Costa Rica. Según el INEC (2022), cerca del 10% de la población rural enfrenta dificultades para obtener agua segura. Esta situación es particularmente crítica en las comunidades insulares del Golfo de Nicoya, donde la escasez de fuentes hídricas obliga a depender de agua lluvia y transporte desde el continente.
Además, un informe de Acueductos y Alcantarillados (2023), señaló que el 80% de las familias en las islas del Golfo de Nicoya sufren escasez de agua potable durante la estación seca, afectando su calidad de vida y actividades productivas como la pesca artesanal y el turismo.
¿Cómo participar?
La convocatoria estará abierta del 4 de junio al 18 de julio de 2025, periodo durante el cual los interesados podrán presentar sus proyectos a través de la plataforma habilitada en el sitio web de Fundación CRUSA: www.crusa.cr/tocua
Las propuestas deberán aportar soluciones que incorporen nuevos enfoques, metodologías o tecnologías para mejorar la gestión del agua y de aplicación operativa; generar un impacto tangible en la calidad del agua, la reducción de contaminación, el acceso equitativo y la sostenibilidad de los recursos hídricos.
Además, deberán contar con la colaboración de las comunidades beneficiarias, asegurando que sus necesidades y capacidades sean consideradas, y que tengan un potencial de aplicación en otras regiones con problemáticas similares, permitiendo su adaptación y expansión a diferentes contextos.