Luego de que un total de 30 organizaciones, costarricenses e internacionales, nominaran al presidente Luis Guillermo Solís para ser declarado "Enemigo de los Tiburones 2016" - premio que otorga la organización internacional Sharkproject - el Gobierno emitió una respuesta, en la cual intentó confundir los hechos, pero no negó los presentados por nuestras organizaciones.
No logró refutar, por ejemplo, que el Poder Ejecutivo, en febrero y diciembre del 2015,permitió dos exportaciones de aletas de tiburón martillo, una especie en peligro de extinción y protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), con lo que se irrespetó lo establecido en la Convención y en nuestra propia Ley de Conservación de Vida Silvestre.
El Gobierno aseguró que se dio el aval a estas exportaciones, basado en elementos socioeconómicos aportados por el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA).
Pero omitió mencionar que fueron autorizadas en contra del Dictamen del Consejo de Representantes de Autoridades Científicas de CITES (CRAC-CITES). Esta es la única entidad autorizada por ley a dictaminar, con bases científicas, si la exportación debe autorizarse o no, según lo establece el artículo 75 de la Ley de Conservación de Vida Silvestre.
En su respuesta el Gobierno señaló la creación de políticas y decretos para regular la captura de tiburón y proteger especies. Pero las recientes exportaciones de aletas de tiburón martillo ponen en duda que dichos mecanismos funcionen.
Presidente es mal asesorado: tiburón más comercializado en el país está en riesgo
El Presidente Solís aseguró que no todas las variedades de tiburón explotadas están en peligro de extinción.
Sin embargo parece desconocer que la especie que actualmente comprende el 75% de las descargas de tiburón en Costa Rica – el tiburón sedoso – ha visto disminuida sus poblaciones en un 70%.
Su condición es tan precaria, que el Comité Científico Asesor de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) alertó (en julio del 2014) que la “mortalidad por pesca necesita ser reducida para promover una recuperación rápida de las poblaciones de tiburón sedoso” y estableció que “es crítico que se implementen de inmediato medidas precautorias para permitir a las poblaciones de tiburones sedosos restaurarse”.
Aún así, junto con Taiwán, la delegación de Costa Rica, en la que participaron industriales dedicados a la captura de tiburones, bloquearon la propuesta presentada por la Unión Europea para proteger al tiburón sedoso.
El Director General de la Fundación MarViva, Jorge Arturo Jiménez, criticó la posición del Gobierno y del Presidente Solís.
"¿Quién asesora al Presidente? El establecer políticas sobre el acceso a bienes públicos pesqueros requiere del mejor conocimiento científico. Las afirmaciones del señor Presidente revelan un desconocimiento del estado de los recursos. El mal manejo de las pesquerías de tiburón ha traído como consecuencia la disminución de sus poblaciones y que algunas entren en peligro, como el tiburón martillo", afirmó Jiménez.
"Los argumentos son sólidos y el Gobierno no ha logrado descalificarlos", agregó Randall Arauz, de la organización costarrricense PRETOMA. "El interés de Sharkproject e.V. y de las 30 organizaciones de 23 países que apoyaron esta nominación es propiciar los cambios para que Costa Rica recupere su liderazgo en la protección de los tiburones”, concluyó.