- Programa de monitoreo permitirá conocer comportamiento y estado de salud de las poblaciones con el objetivo de desarrollar planes de manejo a largo plazo y evitar además, conflictos con los ganaderos
Imponente, robusto y musculoso, su presencia es clave para la salud de los bosques, y por eso, conocer más acerca de su biología ya que es fundamental para el desarrollo de planes de manejo y toma de decisiones en el manejo de los recursos naturales. Desde el 2010, el Programa Jaguar del Instituto en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA) en conjunto con el Área de Conservación Guanacaste (ACG) realiza un monitoreo de los jaguares y sus presas, con el fin de definir estrategias para su conservación.
“Hemos recibido mucho apoyo de la administración del Parque Nacional Santa Rosa, por eso capacitamos a los guardaparques en la identificación de huellas y otros rastros y se han convertido en parte fundamental de nuestro trabajo en la zona”, explicó Eduardo Carrillo, director del Icomvis-UNA.
Este monitoreo se enmarca dentro del proyecto “Conservación del jaguar y sus presas en el paisaje rural del bosque seco tropical” desarrollado en conjunto con la Escuela de Medicina de la UNA. En noviembre anterior, y luego de 20 años, se inició una campaña de captura de estos felinos, donde por primera vez en el país, se les colocó collares con un Sistema de Posicionamiento Global (GPS por sus siglas en inglés) que permite recibir datos de ubicación cada 24 horas.
“El animal se captura con el técnica de lazo, donde se coloca una trampa que nos avisa cuando el animal está en ella para sedarlo, poder realizar los análisis veterinarios y ver la condición general en que se encuentra”, explicó Víctor Montalvo, investigador del Icomvis-UNA a cargo de estas capturas, quien viajó a Brasil para conocer y aprender la técnica.
De acuerdo con Montalvo, estos datos permiten conocer la interacción de los jaguares con su hábitat y su relación con otros individuos.
Para Mauricio Jiménez, investigador de la Escuela de Medicina Veterinaria, el monitoreo de estos y otros animales silvestres, es fundamental para conocer su estado de salud en vida libre.
“Como parte de la estrategia de conservación de las especies silvestres, es necesario contar con valores de referencia fisiológicos que nos ayuden a determinar el estado de salud de las poblaciones. Este tipo de información nos facilita el conocer por dónde se desplazan los animales y además de esto comprender las amenazas a las que exponen estos felinos, ya que al desplazarse a través de zonas ganaderas son más vulnerables a ser sacrificados al catalogarlos como animales problema. Otra de las amenazas potenciales es que al desplazarse por zonas con presencia de animales domésticos pueden adquirir enfermedades a las cuales pueden no haber estado expuestos antes por lo cual no tienen inmunidad contra ellas y por ende morir o sufrir cuadros que les dificulte movilizarse para conseguir alimento.
Según detalló Isabel Hagnauer, investigadora de la Escuela de Medicina Veterinaria, es primordial conocer el estado de las poblaciones porque se ha determinado que si bien los animales pueden ser hospederos de ciertos parásitos sin manifestar un problema, hay factores como la falta de alimento, el estrés, poca movilización o sequías, que pueden multiplicar estos parásitos y causar una enfermedad”. Además que es importante mencionar que en estos estudios se encuentran muchas veces animales que han sufrido daños físicos al cruzar las márgenes de los parques y exponerse a cazadores o propietarios de animales de producción que no utilizan medidas de mitigación y los ven como una amenaza o bien han sufrido confrontaciones con otros animales silvestres.
Herramienta
Para Carrillo, el conocer a esta especie, es determinante para evitar conflictos con la producción ganadera. “Podemos conocer el comportamiento de estos felinos y determinar si el ataque al ganado se da en épocas específicas, debido a la dispersión de animales jóvenes o por facilidad de presas para los más viejos, entre otros; y así desarrollar estrategias para los ganaderos, con esto evitaríamos que una especie emblemática muera en manos de los humanos”.
Para Roger Blanco, coordinador del Área de Investigación del ACG, la importancia de estas investigaciones radica en la planificación. “Dese hace 30 años nuestra filosofía es que el conocimiento científico es vital para la conservación a largo plazo, por eso nuestros guarda parques participan activamente y les brindamos las facilidades que están a nuestro alcance para trabajar en conjunto”.
Los animales capturados se monitorearán alrededor de dos años, y para este 2015, además de continuar colocando collares a otros jaguares, se aplicará el mismo modo de monitoreo en otras especies como chanchos de monte.
Paso a paso
El seguimiento de individuos se realiza a través de un collar satelital adicionado con la telemetría convencional, que consiste en el uso de ultra alta frecuencia (UHF por sus siglas en inglés) con radio transmisores colocados en los animales. “Luego los animales se localizan con ayuda de satélites que orbitan alrededor de la Tierra y que envían la señal a los transmisores, que nos pueden dar datos como altitud, temperatura y actividad del animal”, explicó Víctor Montalvo, investigador del Programa Jaguar del Icomvis-UNA.