- Bacteria H. pylori fue descubierta en 1982, pero hasta hoy se tiene más información sobre cómo promovería el desarrollo del cáncer gástrico
Un proyecto de investigación ―integrado por un grupo de 30 científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT)― reveló algunos resultados preliminares que dan pistas sobre cómo la bacteria Helicobacter pylori incentiva el desarrollo del cáncer gástrico.
La bacteria se descubrió en 1982 por Barry J. Marshall y J. Robin Warren y, si bien desde esa fecha se sospechaba que tenía un papel clave en la generación de cáncer gástrico, a la actualidad todavía se desconoce cómo lo hace.
Justamente, el entender ese ‘cómo’ es el aporte innovador del equipo integrado por 30 científicos (28 costarricenses y 2 estadounidenses), con un proyecto de investigación orientado a comprender cómo la bacteria genera factores que terminan, eventualmente, propiciando la aparición de ese tipo de cáncer.
“En casi todos los tipos de cáncer, las células cancerosas tienen que convivir en un vecindario ideal para proliferar. Lo que hemos visto es que la bacteria pareciera reprogramar ese vecindario y esto hace que las células en proceso de convertirse en cáncer logren vivir mejor y transformarse. Pero se conoce poco sobre su mecanismo y eso es lo que estamos investigando. Ya tenemos algunos resultados preliminares”, indicó el Dr. Warner Alpízar Alpízar, del Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas (Ciemic-UCR) y líder principal del estudio.
Cuando el Dr. Alpízar habla sobre el “vecindario ideal” se refiere al microambiente tumoral (una serie de componentes que rodean al tumor y hasta lo ayudan a crecer).
Si le tuviéramos que poner un nombre coloquial a las células dañinas que habitan ese vecindario, se les podría denominar “la chusma”; unos malhechores que dañan y que, además, convencen a sus otros residentes (células sanas) de que trabajen para ellos en la generación de más células perjudiciales.
En este sentido, el cáncer gástrico (que se posiciona como el cáncer con el mayor número de fallecimientos en Costa Rica, según la Organización Mundial de la Salud) no es la excepción y tiene, además, a la Helicobacter pylori como un aliado que muestra cada vez más su complicidad.
“El mayor impacto en la mortalidad se logra con prevención y detección temprana. Se suele invertir muchísimos recursos en tratar de curar el cáncer cuando, en muchos de los casos, las probabilidades son reducidas. En esta investigación estudiamos factores relacionados con la generación del cáncer gástrico en etapas muy tempranas y cómo la bacteria incentiva microambientes para que el cáncer crezca cuando todavía no ha llegado a desarrollarse. Con esto podríamos identificar patrones y si una persona va en camino a desarrollar cáncer y evitar muertes”, enfatizó el Dr. Alpízar.
Con el nuevo conocimiento que se genere se aspira a prevenir la aparición de la enfermedad, redirigir a aquellas personas con más riesgo para darles un chequeo periódico e identificar quienes no requieren seguimiento. Eso ayudaría a ahorrar recursos, descongestionar los hospitales y prevenir fallecimientos.
Resultados obtenidos:
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Se comprueba que la bacteriaH. pylori incentiva la generación de una proteína llamada PD-L1. Esta proteína es muy conocida por la ciencia, pero no había certeza si la H. pylori la incentivaba. La respuesta fue sí. La bacteria sí incentiva la generación de PD-L1, la cual ayuda a camuflar las células cancerosas como células sanas para que el sistema inmune no las destruya.
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Además de la PD-L1, el equipo también identificó otras tres más: TNFRSF14, PVR y el ICOSL. Estas podrían frenar al sistema inmunológico para que no destruya las células cancerosas.
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Asimismo, se identificaron que 65 genes, ya descubiertos por la ciencia, tendrían la capacidad adicional de señalar qué tejido es canceroso y cuál no lo es. Esos genes podrían ser aliados predictivos para saber, en un futuro, si una persona está iniciando el desarrollo de la enfermedad.
- La siguiente etapa es usar muestras de pacientes reales. En estos momentos el equipo se encarga de recolectar las muestras de 150 pacientes operados y clínicamente diagnosticados de cáncer gástrico en el Hospital Max Peralta de Cartago y en el Hospital México, con la colaboración de personal médico de ambos hospitales.