- Autoridades nacionales ponen mayor atención en los menores de Guanacaste
- Lanzan campaña a nivel país “Cero quemados, cero sufrimiento, cero dolor, cero muertes, responsabilidad de todos”
Aunque el año pasado la Unidad de Quemados del Hospital Nacional de Niños (HNN) no reportó casos de menores quemados a causa del uso de pólvora en época navideña, esta acción continúa en la lista de las actividades que pone en riesgo la salud de los niños.
Carlos Siri, Jefe de la Unidad, fue enfático en que todo el país debe estar alerta y tomar medidas preventivas, pero las autoridades nacionales están poniendo mayor atención a Guanacaste.
“Los vecinos de esta provincia tienen más inculcada la cultura del uso de la pólvora respecto a otras regiones del país, siendo un signo de alarma para la población” dijo Siri.
Es por esto, que el pasado 27 de octubre, se lanzó a nivel de país la campaña “”Cero quemados, cero sufrimiento, cero dolor, cero muertes, responsabilidad de todos”, dirigida por nueve instituciones públicas, para prevenir las quemaduras en los menores.
El propósito de esta política es educar a la población sobre los riesgos de quemaduras y cómo deben atender a los niños que las sufren.
El plan es impulsado por el Ministerio de Salud, el Ministerio de Seguridad Pública, el Ministerio de Educación, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la Cruz Roja, el Cuerpo de Bomberos, el Servicio de Emergencias 9-1-1, el Instituto Costarricense de Electricidad y la Municipalidad de San José.
Las autoridades nacionales también hicieron un llamado a la población para lograr que este año sean cero niños quemados tal y como sucedió en el 2006.
Según Siri, en 2013 resultaron quemados 446 menores, nueve de esos menores debido a la pólvora.
El perfil de los niños que sufren algún daño en su salud por este motivo, son en su mayoría varones, entre los 10 a 19 años, justo en su etapa de la adolescencia.
La mayor cantidad de casos de quemaduras se dan por la nula educación que brindan los padres a sus hijos en este sentido, los adultos ceden la pólvora a los menores, se encuentran jugando solos, tienen la errónea idea de que la pólvora es inofensiva, por accidente se acercan donde se está utilizando y son afectados por el dispositivo, cargarla en los bolsillos produciendo daño en los genitales, entre otros.
De acuerdo con Siri, en varias ocasiones el problema radica en que los adultos no consideran la peligrosidad del artefacto, porque es de uso común.
“Un ejemplo simple son las luces de vengala, que las consideran inofensivas, pero no es así, puede encender la ropa, las chispas puede saltar a los ojos, el palito puede tocar alguna parte del cuerpo y producir quemaduras, o tirarlos encendidos en lotes baldíos y provocar un incendio”, aseguró el especialista.
Así mismo recalcó que son dos los principios de advertencia que deben considerar los niños y adultos: la ingobernabilidad, tener claro que no depende de ellos la respuesta de los artefactos, ya que su fabricación es manual y dependiendo de la cantidad de pólvora que se le inserte, así será la velocidad con la que correrá la mecha.
La inseguridad del producto es el otro aspecto, donde las personas no deben dejarse engañar por las leyendas que ponen los comerciantes.
Medidas de prevención y primeros auxilios
Siri hizo un llamado de atención a los padres de familia, quienes deben aprovechar esta época de Navidad comunicarse con sus hijos y establecer enseñanzas en el tema, al considerar que no toda la responsabilidad es de las escuelas.
Si los menores quieren disfrutar de pólvora, se les recomienda asistir a espectáculos públicos de juegos artificiales, realizados por expertos. Además, se debe evitar el almacenamiento de pólvora en los hogares e incentivar a los niños a no comprar pólvora de ningún tipo.
En caso de que un menor sea afectado por el fuego y la ropa encienda en llamas debe seguir tres pasos: detenerse (mantener la calma), tirarse al piso, y rodar con las manos en la cara para protegerse. En todo momento las áreas más importantes para proteger son los genitales y la cara.
Una vez que se percibe una lesión en la piel, lo que debe hacer el niño o adulto a cargo es: enfriar la zona afectada con agua a temperatura normal durante 10 a 15 minutos, evitar que el agua sea refrigerada porque puede ocasionar cierre en la articulación y falta de oxígeno; luego se procede a retirar los objetos que están en contacto con la quemadura, de inmediato se cubre con un paño limpio y seco, y se acude al centro médico de salud más cercano.
Los niños también se enfrentan a otros riesgos a fin de año: un 60% son afectados por líquidos calientes, un 20% por tocar objetos calientes y un 6% por contacto con fuego directo.