La Romería de la Virgen de los Ángeles es una de las tradiciones más importantes dentro de la cultura costarricense.
Aunque esta tradición agrupa en general a la comunidad católica de este país, se ha vuelto uno de los eventos más importantes dentro de las celebraciones anuales y donde acude una cantidad considerable de costarricenses. Consiste en una peregrinación hacia la Basilíca de los Ángeles ubicada en la Provincia de Cartago, con el fin de rendirle honor a la Virgen de Los Ángeles (nombrada por el Papa Juan Pablo II, Patrona de Costa Rica).
Se estima que cerca de 2 millones de personas caminan hacia la Basílica de los Ángeles cada año.
Los y las costarricenses muestran su devoción a la Reina de los Ángeles, mediante esta caminata que se realiza el día 1 de agosto, mayormente desde San José (capital de Costa Rica) hasta el santuario en Cartago. El recorrido es de aproximadamente 22 kilómetros, sin embargo, hay devotos que recorren la distancia desde su lugar de residencia, por lo que muchos caminan desde lugares muy distantes y empiezan varios días antes.
El día 2 de agosto se acostumbra celebrar en la explanada de la Basílica, una misa solemne con la presencia del Arzobispo de la Diócesis, decenas de sacerdotes y autoridades gubernamentales como el Sr. o la Sra. presidente de la República de Costa Rica según corresponde y muchos de sus ministros así como gran cantidad de fieles, esto porque Costa Rica sigue siendo un país confesional.
Significado de la tradición
Primordialmente quienes caminan lo hacen por agradecer "un milagro" o para pedir favores a la Virgen. Dentro de las principales promesas se encuentran ruegos por la salud de seres queridos. Hasta el momento muchas personas afirman que luego de realizar esta especie de "ofrenda" la Virgen les ha concedido el milagro solicitado.
Una acción común es ir de rodillas desde la entrada del templo hasta el altar. Diariamente se pueden ver niños, jóvenes, familias enteras, efectuando esta práctica como señal de agradecimiento a la Reina de los Ángeles por un favor obtenido.
En su santuario se puede visitar la famosa piedra del hallazgo y recoger agua de la fuente la cuál se conoce como "agua bendita" a quienes los fieles le otorgan propiedades especiales como efectos en la salud de las personas o herramienta de "pureza espiritual".
Historia del hallazgo
Según cuenta la tradición el día 2 de agosto de 1635, una joven llamada Juana Pereira, vecina de la provincia de Cartago, andaba buscando leña para cocinar los alimentos, cuando encontró sobre una piedra donde nacía un manantial de agua cristalina, una "muñequita" de piedra con un niño en sus brazos, la que decidió llevarse para su casa.
En la tarde de ese mismo día, al ir otra vez al bosque, se sorprende al encontrar sobre la misma piedra la misma imagen de la mañana. Creyendo ella que era otra "muñeca", muy contenta se la lleva para su casa; sin embargo, al llegar a su hogar, nota que la otra imagen no está en el lugar en el que ella la había dejado.
Al día siguiente, le volvió a suceder lo mismo, por lo que asustada, fue a la casa del sacerdote del lugar, padre Alonso de Sandoval, a entregarle la imagen y notificarle lo sucedido. El padre guarda la imagen en una caja y se desentiende del asunto, sin embargo, al día siguiente cuando la fue a buscar, ya no estaba en la caja. Juana, al ir de nuevo a recoger leña, se vuelve a encontrar la imagen y corre donde el padre Sandoval. Este junto con algunos curiosos, decide tomar la imagen y en procesión llevarla hasta la iglesia de la localidad y guardarla en el sagrario.
Al día siguiente, al abrir el sagrario nota que no está la imagen, por lo que de inmediato se va a la histórica piedra y ahí la encuentra, comprendiendo que ese acontecimiento era algo sobrenatural y que en esa imagen, estaba representada la Virgen María y que ella deseaba estar en ese lugar, por lo que se propusieron construir una ermita.
La imagen mide alrededor de 20 centímetros, es de una combinación de diferentes materiales como roca volcánica, grafito y jade. Su color es negro, de ahí el por qué se le llama cariñosamente "La Negrita". Es de cara redonda, ojos achinados, nariz y boca pequeña. En su brazo izquierdo tiene al Niño Jesús quien descansa sobre su pecho con la mano derecha levantada en actitud de bendecir. Ambos se miran uno al otro.
El nombre se le dio porque el 2 de agosto, día del hallazgo, la orden franciscana venera a su patrona Santa María de los Ángeles, sin embargo, anteriormente se le habían dado otros nombres, siendo el primero de ellos, Virgen Morena (por su color), luego se le llamó La Virgen de los Pardos por haber sido hallada en ese lugar. En 1782 los habitantes de Cartago la proclaman como su patrona y entonces se le llamó Reina de Cartago. El 24 de septiembre de 1824, por decreto de las máximas autoridades políticas del país, se declaró a la Virgen de los Ángeles, patrona oficial de Costa Rica.
Hoy en día la imagen está en el altar de la Basílica de Cartago, colocada sobre un pedestal que semeja un medio mundo, se levanta una azucena con 6 pétalos en cada uno de los cuales posa un pequeño ángel. Sobre la azucena descansa una media luna y frente a ella un serafín con las manos levantadas en actitud de sostener el manto que cubre a la Virgen. Sobre la cabeza se le ha puesto una corona rodeada de estrellas. En la base del pedestal está el escudo de Costa Rica y el escudo de Cartago. En total, la imagen y sus adornos miden un metro de alto.
Así es como muchas y muchos costarricenses veneran la imagen, a quién le aducen milagros y por tanto le hacen promesas a cambio de favores recibidos.
Como símbolo de agradecimiento o en actitud de devoción y súplica, año tras año recorren largas distancias para ir en busca de este importante referente de su fe.
Fuente: si.cultura.cr