- Burocracia, personal limitado, y tiempos de espera para sentar precedentes afectan gestión municipal.
Por Karen Retana Barboza.
Asentamientos informales en Playa Garza, la construcción ilegal en zonas protegidas o a escasos metros de los márgenes de ríos emergen a la libre en el distrito sexto de Nicoya: Nosara.
La falta de un plan regulador ha venido pasan- do la factura, pues el vigente data de los años 80 y la posibilidad de contar con uno se vislumbra a largo plazo, tres o cuatro años si se logra reunir el financiamiento necesario para hacerlo realidad.
La problemática tiene muchas aristas: uno de carácter social ante el descontrolado ingreso de mano de obra extranjera, que al ser contratado en condiciones de desventaja ha optado por levantar estructuras informales sin importar el impacto ambiental generado.
La informalidad y la cultura por evadir el debido proceso en cuanto a la solicitud de trámites municipales también agudizan el problema. La falsificación de documentos o la presentación de documentos que en obra no corresponden a lo presentado cuando se gestionó el permiso, es otra de las prácticas que realizan algunos profesionales inescrupulosos.
Un estudio elaborado por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA) reveló que las construcciones ilegales afectan las arcas de los municipios, por concepto de permisos municipales. Se estima que solo el año pasado los municipios dejaron de percibir unos ¢1.000 millones, pues el 30% de los desarrollos no gestionó los permisos municipales correspondientes. Guanacaste, con 45% de las obras de construcción sin permiso, es la provincia más golpeada, seguida por Limón, con un 38%.
En la Municipalidad de Nicoya reconocen que hay una factura pendiente en cuanto a fiscalización se trata, atribuida entre otras razones al escaso recurso humano para hacer frente al trabajo de campo. Pese a que Nosara se encuentra en franco crecimiento en obras, solamente un día a la semana se realizan inspecciones. Sin embargo, aseguran que lo anterior no ha afectado sus arcas ya que la recaudación y la cantidad de permisos en los últimos siete años va en ascenso.
De acuerdo con el Ing. Josué Ruiz, Coordinador del Departamento de Ingeniería de la Municipalidad de Nicoya, la gestión de su Departamento se ve opacada debido a la burocracia así como a los tiempos de respuesta para hacer valer la legislación, debido a que es necesario seguir el debido proceso.
“No tenemos un buen control de la fiscalización, podemos enviar un caso documentado y elevarlo a la fiscalía como medida penal pero el trámite significa dos o tres años a la espera de una resolución, que posiblemente no llegará a nada”, sostuvo.
Para Ruiz desde el punto de vista legal lo más eficiente es contar con policía municipal para coadyuvar en los esfuerzos de inspección y fiscalización. Pero ante la falta de ello, se apoyan a través de la Fuerza Pública, la Fiscalía Ambiental y con las fuerzas vivas de la comunidad.
Una de las propuestas interesantes es la apertura de una oficina permanente de la Municipalidad en Nosara, la cual iniciaría sus operaciones el próximo año. Asimismo, han implementado el uso de herramientas digitales para la denuncia, la digitalización en la solicitud de permisos a través del sistema de Administrador de Proyectos “APC” y la puesta en operación de un sistema administrativo que integra todas las variables y convierte a la Municipalidad en un órgano integrado, son herramientas que vienen a mejorar la administración.