- Tecnologías que se aplican son Climáticamente Inteligentes
- Factor económico es clave: se producen entre 1 y 2 litros más, por animal, por día.
- Ingreso bruto familiar se mejora entre 600 mil y 700 mil colones por año.
Alguna vez se ha imaginado una finca ganadera que ayude a evitar la contaminación del agua; a tener potreros más verdes, sanos y a almacenar carbono. ¡Parece un sueño!
Las fincas de don Rolando Aguilar Leandro y de don Gerardo Montoya Paniagua, localizadas en la Cuenca del Río Reventazón, nos demuestran que sí es posible.
Como parte de las iniciativas que desarrolla de manera conjunta el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) ,por medio de la Comisión para el Ordenamiento y Manejo de la Cuenca del Río Reventazón (COMCURE) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), en la Región Central Oriental, 22 fincas ganaderas pequeñas, menores a 3 hectáreas, están ayudando a reducir la contaminación del suelo y del recurso hídrico, gracias la aplicación de tecnologías Climáticamente Inteligentes, como parte del NAMA Ganadería.
Gracias a estos esfuerzos país, Costa Rica se distingue por medio de las iniciativas llamadas Nama (Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada), como el país en donde la boñiga huele a aires de cambio, a potreros verdes y reforestados, con rica biodiversidad, entremezclada con esperanza y esfuerzo tesonero.
Para Vesalio Mora, Gerente de la COMCURE, “Este es un proyecto innovador, gracias al cual instalamos paneles solares, cercas eléctricas, mangueras y tanques para bebederos del ganado, de manera tal que al darle división a los potreros, con cercas eléctricas, hay más apartos y por ende, los animales comen mejor y producen más leche. Están produciendo entre 1 y 2 litros más, por animal, por día. Y eso hace que el ingreso bruto familiar, se mejora entre 600 mil y 700 mil colones por año, aproximadamente”.
Para Mora, otro dato importante, es que cuando se instala la red hídrica, boyas y tanques, el animal no tiene que ir a tomar agua a la quebrada, o río, sino que el agua llega hasta el potrero. “Entonces reducimos la contaminación del suelo y del recurso hídrico. Además, se permite mayor almacenamiento de carbono a nivel del suelo en las fincas”.
Según estudios de la COMCURE, se están almacenando cerca de 5 toneladas de carbono, por hectárea por año, a 20 centímetros de profundidad y la tasa de erosión se está reduciendo entre 7,5 y 10 toneladas de sedimentos, por hectárea, por año; producto de que los animales ya no deben moverse tanto para suplir sus necesidades. Esto además permite disminuir la compactación, el pisoteo de los animales y hay un mayor período de descanso en los potreros. Aunado a ello, el pasto perdura por más tiempo y en mejor condición, dado a que los animales no están en el mismo lugar, siempre.
Con este tipo de proyectos,MINAE, por medio de COMCURE y el MAG, demuestran la viabilidad de producir agroalimentos, generar servicios ecosistémicos, aumentar los ingresos de las familias, y contribuir con el desarrollo de los paisajes productivos en la Cuenca del Río Reventazón y del país.