La manera de comprar productos que no dañen el ambiente o que sean eficientes energéticamente será más fácil para los consumidores gracias al Programa Nacional de Etiquetado Ambiental y Energético, iniciativa liderada por el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) con el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para su implementación.

El etiquetado ambiental y energético es un sello o una declaración que se asigna a un producto o servicio para indicar que cumple con determinados atributos ambientales o que tiene un mejor desempeño en este campo.

Este Programa Nacional tiene por objetivo establecer las reglas de cómo va operar en el país el proceso de etiquetado, el cual se hará básicamente con las etiquetas tipo I y tipo III. El etiquetado tipo I se basa en un sello, con verificación previa de cumplimiento de una norma de producto. El tipo III o declaración ambiental o energética, que también incluye una verificación previa, incorpora los valores para huellas ambientales y energéticas. Estas etiquetas son una forma de educar y sensibilizar a los consumidores a quienes se les ofrece una información que puede orientar mejor sus decisiones de compra.

La creación de este Programa está respaldado en la Ley N° 8279, pues se fundamenta en el Sistema Nacional para la Calidad. Además, se guía por las normas internacionales que rigen a nivel mundial los esquemas de etiquetado ambiental y energético, tal como lo son las normas ISO.

Shirley Soto, Directora de la Dirección de Gestión de la Calidad Ambiental (DIGECA), indicó que “Con la implementación de este Programa se está cumpliendo con una línea de acción de la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible, oficializada por medio del

Decreto Ejecutivo N° 41032, en mayo del 2018, así como con requerimientos de la OCDE”. Entre las 48 acciones estratégicas que la Política propone destaca el Programa Nacional de Etiquetado Ambiental, como un elemento clave para impulsar el eje de producción sostenible que contempla dicha Política.

Por su parte, Kryssia Brade, Oficial a Cargo del PNUD señaló que es importante que los consumidores estén informados para que puedan demandar alternativas sostenibles, que además presentan una gran oportunidad de innovación y creatividad para emprendimientos y crecimiento económico. 

“Esperamos que este esfuerzo nacional ayude a las personas a contar con la información necesaria para fortalecer las acciones en la transformación de nuestra economía hacia modelo circular para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, puntualizó.

Funcionamiento del Programa

El Programa otorgará a las empresas que voluntariamente participen un sello o etiqueta ambiental, que significa que determinado bien o servicio ha cumplido satisfactoriamente con los requisitos y criterios ambientales que fueron definidos en una norma con validez internacional. Dichos criterios se definen a partir de un instrumento denominado Análisis de Ciclo de Vida (ACV), por medio del cual se determina en que etapas o procesos de la producción del bien o servicio existe mayor afectación al ambiente. Y a partir de ello se seleccionan e implementan acciones alternativas que reduzcan los impactos identificados.

Siguiendo con lo establecido en el Sistema Nacional de la Calidad, aquellas empresas interesadas deberán contactar organismos de certificación de productos acreditados para el etiquetado ambiental y energético. Para este efecto varias organizaciones están actualmente certificándose. Ventajas del etiquetado

Entre los beneficios de las etiquetas ambientales y de eficiencia energética están que reduce el denominado “maquillaje verde”, que es publicidad engañosa donde se indican aspectos ambientales de un producto sin ningún respaldo técnico. A su vez con ello se evitan potenciales riesgos a la salud al no exponer a las personas a productos que podrían tener ciertas sustancias tóxicas o componentes que afectan la salud.

Además, un etiquetado ambiental es sinónimo de calidad de un producto, pues un requisito para obtener el sello es demostrar que este es de buena calidad, con lo que se amplía la confiabilidad en lo que está adquiriendo el consumidor. Asimismo, el etiquetado ambiental es reconocido en las compras del Estado, por lo que las empresas que distingan sus productos con un sello de este tipo, tendrán una ventaja en puntos adicionales en las licitaciones del Estado.

Largo recorrido y proyecciones

El Programa Nacional de Etiquetado Ambiental y Energético es una iniciativa que se concreta después de aproximadamente 5 años, cuando inició la discusión sobre la importancia de promover el etiquetado ambiental en la región de Mesoamérica (México, Centroamérica, Caribe y Colombia). En el año 2012 los ministros de ambiente de la sub región, en el marco de la Estrategia Mesoamericana de Sostenibilidad Ambiental (EMSA), decidieron promover el tema en su área de influencia. Es así como en el 2014, se inician los primeros contactos para desarrollar el tema en los países que estuvieran interesados.

Al día de hoy tres países de la subregión: Colombia, México y Costa Rica están integran un proyecto regional, el cual está pronto a firmar un memorando de entendimiento entre los gobiernos de estos países, con el fin de oficializar y fortalecer un Programa Regional de Etiquetado Ambiental. A partir de la entrada en vigencia de este acuerdo regional, los productos nacionales que se distingan con el etiquetado ambiental, podrán ser reconocidos de forma automática en otros países de la región que estén participando de la iniciativa.

De acuerdo con Luis Rodríguez, representante por MINAE en este proceso, se espera ampliar este grupo inicial de países con otros que ya han manifestado su anuencia a conocer más sobre el proyecto. Rodríguez agregó “En este tema también se ha recibido la cooperación de PTB de Alemania y con la colaboración de esta entidad se está desarrollando un sitio web para toda la región. Adicionalmente, de forma reciente se cuenta con la colaboración de ONU Medio Ambiente en este tema”.

Con este esfuerzo, el país avanza hacia importantes objetivos de sostenibilidad, y se pone al nivel de países desarrollados como los europeos, Japón y otros que ya cuentan con una larga trayectoria en la implementación del etiquetado ambiental.