Sin duda alguna Armando Arauz Aguilar, el gran municipalista de Costa Rica, constituye una figura cívica relevante en la historia de Guanacaste y Costa Rica.

Este noble e ilustre guanacasteco nació en la legendaria y mística Nicoya el 26 de enero de 1922. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Leonidas Briceño de la localidad. Mostrando sus nobles sentimientos siempre recordaba con gran cariño sus compañeritos de infancia como Emel Díaz, Edith García, Mario Cárdenas, Ciro Montero, Dimas Caravaca, entre otros muchos amigos inolvidables que siempre llevó en lo más profundo de su corazón. Durante su escolaridad y parte de su juventud se dedicó a las labores agrícolas propias de nuestra tierra, donde al igual que volaban machete, regaban frijoles y tapiscaban maíz en las huertas familiares; tal y como decía en sus sabrosos recuerdos de antaño: en aquellos tiempos inolvidables de mi lindo Guanacaste querido.

Mas tarde fue nombrado cartero y conserje del la Oficina de Correos y Telégrafos de la vetusta Nicoya. Por sus notas escolares en 1938 fue premiado con una beca para estudiar en el Liceo Costa Rica donde se graduó como Bachiller en Ciencias y Letras con altos honores en el año 1942, compartiendo distinciones con Julio Cesar Jaén, su siempre compañero de luchas, otro no menos brillante guanacasteco oriundo de San Blas de Carrillo. Al año siguiente estudió contaduría y comenzó a trabajar medio tiempo en el Seguro Social, para poderse financiar y lograr graduarse mas tarde como Abogado en la Universidad de Costa Rica. Don Armando se casó con Ligia Cavallini Quirós y fueron sus hijos Armando, Luis Felipe y Alejandro.

Ya lo anunciaba don Alejandro Aguilar Machado, director del Liceo Costa Rica en 1940, cuando Armando Arauz comenzaba a mostrar sus dotes de hombre de bien para la sociedad costarricense. Así lo también lo conoció don Enrique Obregón Valverde, cuando Armando Arauz siendo estudiante de Derecho en la Universidad de Costa Rica a la vez ya era profesor de Derecho Laboral en nuestra máxima casa de enseñanza. En esta cátedra estuvo más de 28 años complementando su docencia superior como profesor en Derecho Social y Administración Pública hasta su merecida jubilación.

En esos tiempos ya Armando Arauz transitaba por los caminos de la social democracia, compartiendo ideales con el Padre Benjamín Núñez y Luis Alberto Monge, destacándose por ser un joven que desde el inicio luchó abiertamente por los principios de respeto y justicia para todos por igual. Como parte de las actividades del disciplinado movimiento, impartió Derecho Laboral en la Central Laboral Renum Novarum.

Este nicoyano de pura cepa, nacido de los estratos más humildes de nuestra legendaria comunidad precolombina, siempre fue fiel a sus principios y a las necesidades reales del pueblo. Esto lo reafirmó en 1948 y 1955, ya que era un firme creyente de las garantías sociales de reciente promulgación y a la vez estaba consciente del urgente desarrollo económico complementario que necesitaban para evolucionar las diferentes regiones de Costa Rica. Ya lo había demostrado cuando desde muy temprana edad compartía plenamente las ideas de reivindicación sabanera, jornadas cívicas que al Grito de Viva Vargas culminaron con la fundación del Partido Confraternidad Guanacasteca, obra política de su mentor el Dr. Francisco Vargas Vargas, indiscutible líder de los llanos, aquel memorable 8 de diciembre de 1937 en Llano Grande de Liberia.

Con plena conciencia de sus deberes como ciudadano que debía luchar contra la injusticia y por el bienestar de la sociedad como un todo, a partir de 1944 llegó a formar parte del grupo de jóvenes que conformaron el Centro para el Estudio de Problemas Nacionales en las cercanías del Barrio la Dolorosa. Este grupo promulgaba que la política y la cultura debían constituirse en actividades dignas de una democracia autentica y plena de valores humanos. Compartió estos ideales con otros muchos jóvenes preclaros como Daniel Oduber, Isaac Felipe Azofeifa, Rodrigo Madrigal Nieto, Emiliano Odio, Gonzalo Facio, y distinguidos coterráneos como Enrique Montiel y Juan José Gutiérrez Cabalceta entre otros.

Asimismo, participó activamente en 1951 en la fundación del Partido Liberación Nacional, agrupación política que ha sido determinante en el devenir histórico nacional. Como se sabe esta nueva entidad política nació en respuesta a una gran necesidad nacional y fue el fruto de amplias jornadas cívicas que Armando Arauz vivió con los lideres del movimiento tal el caso de don Pepe Figueres, Daniel Oduber, Francisco Orlich, Benjamín Núñez, Rodrigo Facio, Jorge Rossi Chavarría, Raúl Blanco Cervantes, Fernando Valverde Vega, Mario Quirós Sasso, Gonzalo Facio Segreda, entre otros muchos notables costarricenses que tuvieron participación decisiva en la fundación del Partido Liberación Nacional.

Ya para 1967 suscribió con varios compañeros una gran página histórica plasmada en el Documento de Patio de Agua, manifestación cuyo propósito era exigir a los cuadros y los dirigentes del todavía novel partido, una revisión general, un examen de conciencia, una rectificación de conductas y un retorno a los principios de la ruta inicial de fundación de esa agrupación política. Entre sus compañeros firmantes mas conocidos estaban los señores Isaac Felipe Azofeifa, Alfonso Carro Zúñiga, Benjamín Núñez, Fernando Berrocal, José Rafael Cordero Croceri, Mario Charpentier, Juan José Echeverría Brealey, Enrique Obregón Valverde, Claudio Gutiérrez, Matilde Marín de Soto, Ciro Montero Guevara, Francisco Morales Hernández, Luis Alberto Monge, Rodolfo Solano Orfila, Fernando Volio Jiménez y León Pacheco entre otros muchos.

En su vida pública fue diputado por Guanacaste en 1966 y por San José en 1978. En la primera ocasión compartió la asamblea con distinguidos ciudadanos entre ellos los señores Rodrigo Carazo, Fernando Volio, José Luis Molina, Fernando Trejos, Graciela Morales, Roberto Chacón Murillo, Fernando Guzmán Mata, José Luis Villanueva Badilla, Numa Ruiz, Francisco Morales, Mario Arredondo, Vicente Castro y Hernán Garrón solo por citar algunos congresistas de ese tiempo. Por cierto, en su segunda gestión parlamentaria fue jefe de Fracción de una bancada donde destacaban los señores diputados Carlos Manuel Castillo, Luis Antonio Monge, Edgar Arroyo, Ángel Edmundo Solano, Oscar Arias, Ana Ortega, Mario Espinoza y Rafael Barrientos entre un gran selecto grupo de distinguidos congresistas. Es edificante el testimonio del Lic. Obregón Valverde cuando manifestaba que en ambas oportunidades Armando Arauz siendo diputado de oposición, luchaba sin claudicar con claras propuestas siempre bajo el cobijo sincero y directo de su pensamiento orientador: “Es necesario recordar que se puede gobernar desde el pueblo”. En ejercicio de diputado de la República, en el caso de Guanacaste se establecieron cuatro ejes clásicos de su gestión:Esfuerzos por establecer centros de educación superior. Impulso a proyectos de riego para mejorar la producción agropecuaria. Ampliar las iniciativas en salud como el caso del Hospital la Anexión. Protección a los recursos naturales y culturales de la región. En San José sobresalió el proyecto Orosi, una iniciativa dimensionada en el futuro para dotar de agua potable a toda esa gran concentración humana que vive en la capital y en sus enormes comunidades aledañas.

En el periodo 1982-1986 fue vicepresidente de la Republica con una trayectoria política llena de grandes logros para las comunidades del país donde destacaron sus inquebrantables luchas de bien social, en conjunto con la transparencia y la nobleza que caracterizaban la austeridad de sus actuaciones públicas. En sus luchas impulsó gran cantidad de iniciativas comunales y sociales que buscaban por todos los medios de dotar a los ciudadanos por igual de mayores oportunidades, de participar en el reparto de la riqueza nacional y así aspirar a mejores niveles de vida. Conforme sus convicciones siempre creyeron en un desarrollo social en concordancia con un verdadero desarrollo económico, que fuera armonioso con el mantenimiento de los recursos naturales y sin atentar contra las tradiciones y las costumbres de cada comunidad costarricense.

Quizás uno de sus mayores logros y esfuerzos se centró en su perenne empeño en dotar a las municipalidades de una mayor y una más real participación en el desarrollo de las comunidades. Sin duda alguna Armando Arauz el más grande y reconocido municipalista de Costa Rica, propuso un cambio en el régimen municipal que más tarde dio fundamento al Código Municipal y luego a la promulgación de la ley de creación del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal, institución de la que fue su primer presidente y que considera a Armando Arauz como su principal y determinante gran gestor.

Muchas veces en nuestras conversas guanacastecas hablamos del Quinto Poder, alternativa desarrollista a la que no le ha llegado su hora. Por su bien Costa Rica en algún momento deberá iniciar un viraje que entregue toda la responsabilidad de acción y ejecución presupuestaria nacional a las municipalidades del país, basando la iniciativa en una profunda reforma política y una nueva distribución administraba del territorio nacional. Asimismo, llegará el momento en que el país deberá desechar los tantos impuestos de diseño arcaico que rigen actualmente y que producen muy poco, para sustituirlos por un único impuesto a la propiedad tal y como lo expone en un concienzudo proyecto el Ing. Juan Gutiérrez, bisnieto del gran Agapito Rosales, otro notable nicoyano primer maestro normalista de la tierra chorotega. Estas consideraciones socioeconómicas siempre estuvieron fuertemente ligadas a los nobles propósitos de don Armando Arauz, orientados en la permanente lucha por la búsqueda de un mayor bienestar para todos los costarricenses.

El edificio del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal fue bautizado con el nombre de Armando Arauz Aguilar, el más grande municipalista de Costa Rica. Una gran distinción, un merecido reconocimiento por su decisiva y connotada participación en el desarrollo del régimen municipal costarricense, además de ser este ilustre guanacasteco, el gestor, el fundador y el primer presidente de dicha institución.

Es indiscutible que Armando Arauz Aguilar llego a brillar con luz propia en el concierto político nacional. Dejo su profunda huella al mismo estilo de don Ricardo y don Cleto, sobresaliendo siempre por su humildad y sencillez, basando su caminar en el trabajo tesonero, así como en la austeridad y la transparencia en la gestión pública. Es indudable que en el mundo de hoy donde prevalecen la apertura total y las violentas luchas económicas arrasan con todo, el ejemplo de hombres sencillos e íntegros como Armando Arauz, serán siempre un faro de obligada referencia y una fuente de inspiración moral para guiar con seguridad nuestros pasos en este cambiante mundo actual.

Armando Arauz Aguilar regresó al Casa del Señor el 11 de mayo de 2002.