- Fue un 14 de febrero de1936 que se ejecutó por primera vez la bella melodía para el pueblo liberiano bajo la batuta del "Maestro de Maestros" Jesús Bonilla Chavarría.
Meses antes del fallecimiento de Jesús Bonilla Chavarría, ocurrida en noviembre de 1999 –Chucito Bonilla– como le decían, en una carta de su propio puño y letra en la que comentaba cómo vino al mundo su “Luna Liberiana”, revela algunos significativos detalles de su obra.
Sin embargo y como prudente acotación, incurre en un error, quizá debido a su avanzada edad (más de 80 años), en la que menciona haber creado la emblemática canción en 1937, cuando en realidad fue en 1936. Lo que no cuenta “Chucito” es lo que comparte en otra carta enviada a su entrañable amigo Rony Pizarro Vindas, contándole que una vez que concluyó ese “parto espiritual”, avanzada la noche, se dirigió al barrio Los Ángeles en donde se encontraba su novia y, al llegar a la plaza de la localidad, le salieron unos perros furiosos que lo intentaron morder.
De inmediato suspendió su visita y se dijo para sí mismo: “perros malagradecidos, si supieran lo que he hecho por este pueblo”.
Esa hermosa canción identifica a Liberia y su gente, así de claro, porque cuando se cita a Liberia en actos solemnes, cívicos, populares y culturales en la televisión y en la radio dentro de la “Ciudad Blanca” y fuera de ella, se escucha como introducción las notas musicales de esta dulce melodía tan representativa y conocida de la región.
“Luna Liberiana” se ha convertido también en un himno al amor, pero a la vez al dolor, porque hasta en algunos funerales se escucharon sus notas musicales, como en el del expresidente Daniel Oduber Quirós, el 17 de octubre de 1991.
Más adelante, en una amena conversación con el entonces Benemérito de la Patria, el Dr. Francisco Vargas Vargas, “Chucito” reveló que esa bella pieza musical tuvo su origen cuando también inició la gesta histórica del Partido Confraternidad Guanacasteca. En mayo de 1974, el Concejo de Liberia declaró “Hijo Ilustre de la Provincia al Estado Libre de Costa Rica al Dr. Vargas Vargas, quien fue ratificado por todas las municipalidades de la Provincia, con ocasión del 150 aniversario de la Anexión del Partido de Nicoya al Estado Libre de Costa Rica.
Corría el año 1936, época de un pasado que fue felicidad; el embrujo de tibias y claras noches de luna liberiana, hacía al visitante sentirse como en un paraíso.
La Banda Militar de Liberia estaba en ese entonces bajo la dirección del joven compositor Jesús Bonilla Chavarría, quien recién había asumido ese cargo de Director de un grupo de muchachos artistas que aprendieron mucho de su maestro, que durante una noche, noche de verano y calma en donde las brisas llegaban del norte, suaves y frescas, Liberia dormía su cansancio, su sueño de sultana, tendida sobre una alfombra verde del llano, donde cobró vida el talento.
Todo era silencio. Todo se sumía en la más profunda tranquilidad interrumpida, de cuando en cuando, por el tañir de la campana del viejo reloj que, desde su torre, marcaba las horas o, quizá, por el silbido lejano de alguien que cruzaba por la calle, rumiando la pena de algunos momentos de placer.
Esa noche, el maestro Bonilla, en compañía de varios amigos suyos, pasaban ratos amenos sentados en la acera de la casa llamada “La Copa de Oro”, noventa y cinco metros al sur de la Gobernación.
Y fue cuando, de lejos, entre un bello coro de luces celestiales como si de un regalo de Dios se tratara, salía la luna inmensa, redonda y bella, pura, como una hostia santa; levantándose inmaculada sobre la cresta de la volcánica cordillera guanacasteca, cubriendo con su luz blanquecina, la soñolienta Ciudad Blanca.
En aquel mágico escenario, con el maravilloso paisaje dibujado en el inmenso biombo del firmamento, fue la inspiración para que de su alma brotara una dulce canción de amor dedicada a esa tierra tan querida.
Y entre el silencio que lo rodeaba, tomó la pluma entre sus manos, el corazón en la mente, y grabó sobre el pentagrama las maravillosas notas de un bolero repleto de amor y sentimiento: LUNA LIBERIANA.
Luego otra noche, en el Parque Central de Liberia, el que fue bautizado muchos años después con el nombre de Cañas Ruiz, el 14 de febrero de 1936 (Día de los Enamorados) el público, ansioso, esperaba un concierto bajo la dirección del Maestro Bonilla, en donde la Banda Militar de Liberia fue estrenada por vez primera, al ritmo de la emblemática melodía de LUNA LIBERIANA, seguido de salvas, atronadores aplausos e infinidad de felicitaciones para el Maestro Bonilla y sus muchachos.
A partir de ese momento, la canción cobró fuerza y se hizo una de las más populares del folklor costarricense. Hoy todos bailamos, todos cantamos, todos silbamos y todos disfrutamos… LUNA LIBERIANA…LUNA PARA AMAR… El pasado 14 de febrero del 2023, Día de los Enamorados, se cumplieron 87 años de aquel memorable día en el Parque Central de Liberia que bajo la batuta del “Maestro de Maestros”, Jesús Bonilla Chavarría, se ejecutó por vez primera la bella melodía para el pueblo liberiano congregado alrededor del histórico quiosco, en donde aplaudió con emoción, con amor y delirio desbordante, esta hermosísima pieza musical, hoy considerada el Himno de Liberia.