“En busca del Sapo Dorado”, es un relato de la Reserva Monteverde que busca acercar a las nuevas generaciones a cuidar el ambiente.
Con el fin de ser una inspiración para las nuevas generaciones a tomar acciones ante el cambio climático, la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde tiene a su disposición el libro "En Busca del Sapo Dorado".
Este relato se encuentra disponible en nuestra tienda Tangara en la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde como parte de su apoyo de educación ambiental Educación Ambiental en la Reserva Monteverde y las acciones de LatinClima.
El libro se encuentra en español e inglés. Además se puede adquirir en formato digital a través del sitio web donde se solicitará una donación voluntaria.
Pero, ¿conoce el atractivo de este lugar?
Establecida en 1972 por una coalición de científicos del Centro Científico Tropical (TSC) y cuáqueros de la comunidad local para proteger una de las últimas extensiones de bosque nuboso prístino en América Central, la Reserva Biológica del Bosque Nuboso de Monteverde es un modelo pionero y progresista de conservación y ecoturismo basado en la investigación y la educación sobre la biodiversidad.
Durante casi 50 años Monteverde ha protegido uno de los ecosistemas más amenazados de la tierra. Dado que sólo el 1% de todos los bosques que quedan en el planeta están clasificados como bosques nubosos, por lo que parte de los esfuerzos es su protección.
La reserva está dirigida por el Centro Científico Tropical, que es la primera organización medioambiental no gubernamental de Costa Rica. Fundada en 1962, ha sido pionera en los esfuerzos de conservación, investigación, ecoturismo e iniciativas de desarrollo sostenible en Costa Rica. La Reserva de Monteverde forma parte de la red de reservas privadas y corredores biológicos de TSC.
La Reserva Monteverde está inmersa en un bosque nuboso y es el laboratorio viviente más conocido del país.
Sus 4125 hectáreas albergan valiosas especies como el Quetzal (Pharomachrus mocinno); algunos anfibios poco comunes como la Salamandra de cola anillada (Bolitoglossa robusta), la más grande de Costa Rica y la Martillita de altura (Diasporus hylaeformis) de escasos 2.6 cms. de longitud. También es el refugio para los Tolomucos (Eira Barbara).
Además de los 13 kilómetros de senderos dedicados al turista, [ver] ofrece facilidades para la investigación: gestión de permisos ante el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y el Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica, asistentes de campo, el Laboratorio Alexander Skutch en donde puede organizar las muestras, estaciones metereológicas y parcelas de monitoreo. Igualmente hay albergue, cuartos de estudio, biblioteca e internet.