- Las obras están a cargo del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura
- Se estima que la primera etapa comience a finales del 2015
- La inversión inicial rondará los 195 millones de colones
Luego del terremoto ocasionado en el 2012, el Ministerio de Cultura toma cartas en el asunto, y avanza en los procesos para iniciar la restauración de la Iglesia Colonial de Nicoya, declarada patrimonio histórico y arquitectónico nacional.
Fundado en 1522, el templo ha sido la principal atracción del cantón, una joya arquitectónica que marca el punto de partida de los primeros siglos del cristianismo en el país. Por esta razón, el programa Centro Patrimonio del Ministerio de Cultura, lo ubica entre los proyectos prioritarios para su intervención y así mantener su conservación.
En el 2012, se efectuaron ciertas reparaciones superficiales. Desde el 2014 se han realizado estudios de vulnerabilidad sísmica, para determinar cuál es el comportamiento de la infraestructura por la edad que tiene, y determinar algún tipo de reforzamiento que sea poco invasivo y que a la vez pueda prolongar la vida útil de la estructura.
Según Oscar Flores, ingeniero civil del Centro de Patrimonio, para ello contrataron una consultoría a cargo de la empresa Camacho y Mora SA.
“El trabajo de la empresa consiste en definir los mejores procedimientos de intervención a la edificación, para garantizar tanto la mejora de la estructura como la conservación de su arquitectura, y cuyos resultados fueron entregados el 23 de abril”, dijo Flores.
Por cuestión de costos y de tiempo, la reconstrucción se realizará en dos etapas: la primera se estima que comience entre octubre y noviembre del 2015, con la intervención en la nave principal de la iglesia y la fachada principal; mientras que en el 2016 se llevará a cabo la restauración de la sacristía.
Flores fue enfático con Periódico Mensaje en que el reforzamiento se efectuará con fibras de carbono, materiales que tienen resistencia a la tensión.
El trabajo pretende ser lo más invasivo posible, pero que la configuración estructural se note lo menos posible, para mantener la esencia que ha tenido el templo desde su creación.
El proceso de contratación en la Proveeduría del Ministerio de Cultura se activó desde el 27 de marzo y se realizará bajo la modalidad de licitación abreviada, mismo que puede tardar entre 4 y 7 meses antes de iniciar las obras en el sitio.
La inversión que rondará los 195 millones de colones en la primera fase, utilizará fondos provenientes en su totalidad del presupuesto del Ministerio de Cultura.
La Iglesia recibió una importante restauración en 1831, cuando se hicieron arreglos por el terremoto que sacudió al pueblo, en 1822.
Las imágenes que habitan el templo son de escultores ticos y extranjeros, y datan de siglos atrás. Por ejemplo, llama la atención la escultura de la Inmaculada Concepción, tallada en el siglo XVI, por un nicaragüense.
San Francisco de Asís es una imagen que acompaña a la iglesia desde su construcción. Perteneció a la Escuela de Arte de Ecuador, según se lee en la leyenda de la escultura. El San Blas Peregrino es una de las imágenes más populares del lugar, ya que todos los años recorre los pueblos de la parroquia.
Además de las imágenes, en el templo se encuentran otros objetos del quehacer religioso de antaño. Por ejemplo, las pilas bautismales y de agua, usadas en 1644, y una litera del siglo XVI, en la que viajaba el sacerdote cuando llevaba la comunión a los enfermos. Tiempo después, este medio de transporte fue convertido en confesionario.
Campanas de bronce, construidas entre 1788 y 1831, y candelabros tallados en madera, terminan de darle al templo de San Blas esa sensación de encuentro con el catolicismo de antaño.